Para Castro, la “gran arma que tienen los pueblos latinoamericanos es la educación, masiva, popular y profunda”. Y el rol del arte es fundamental para que las voces de los pueblos se escuchen. Por lo menos, eso es lo que sostienen desde hace 30 años y quedó reflejado en sus discos más representativos: Amor rioplatense, Ganó la gente, Cien años de murga y Gol uruguayo. La defensa de la cultura popular es uno de los tópicos que frecuentan las letras de las canciones y que recrean sobre el escenario en cada presentación, a través de la faceta teatral. “Los artistas tenemos que cantar mucho más y en muchos más lugares. Es inteligente un gobierno que les dé espacios de difusión a sus artistas. De esa forma, abre la boca del pueblo y a la vez da trabajo a los artistas. Al abrir la boca del pueblo, aclara, y al aclarar, gobierna mejor”, se entusiasma el músico que se pone en la piel de Tinta Brava arriba de las tablas. Luego, continúa la idea como si conociera la sistemática clausura de locales artísticos que realizó aquí el gobierno porteño: “El arte es el espejo del pueblo. ¿Cómo hacés para pararlo? Censurándolo no, sino cerrándole las puertas de los lugares donde pueden actuar los artistas. Nosotros tenemos un festival de comedia que dura 40 noches. Son 60 grupos trabajando en 25 escenarios por todo Montevideo y siempre decimos: ‘El día que se cierre un tablado se le cierra la boca al pueblo’. Y el día que se abre, hay más opinión, análisis y crece el panorama cultural y educativo. Por eso a mí me parece notable lo que hizo el gobierno nacional de Argentina de habilitar los tres días de feriado de Carnaval, porque el Carnaval es un lugar en donde, sin muchas pretensiones, la gente habla, canta y dice libremente lo que le pasa. Me parece inteligente. Porque los gobiernos que no tienen miedo fomentan la libertad. En cambio, los gobiernos que tienen cosas que esconder, censuran, cierran locales artísticos y se oponen a la cultura”.