El actor y director cordobés Paco Giménez (Francisco Daniel) nació en Cruz del Eje y se formó en la Escuela de Artes de la Universidad de Córdoba, donde hoy dicta cátedra. Tuvo entre sus maestros a la actriz y directora María Escudero, fundadora de Libre Teatro Libre, de Córdoba; obtuvo becas de la Fundación Antorchas y el Fondo Nacional de las Artes; recibió distinciones y participó en festivales (con La Noche en Vela llevó el espectáculo de igual nombre y Manjar de los dioses, de 1997). En 1970 integró el grupo de teatro social La Chispa (de la frase “Una chispa puede incendiar la pradera” de El Libro Rojo, de Mao Tsé Tung) y partió a México. Trabajó con la actriz y directora mexicana Jesusa Rodríguez, participando en obras y espectáculos de café concert en El Fracaso, bar que Jesusa creó entonces junto a la cantante Liliana Felipe. Apasionado por el canto, lo rescató últimamente en su unipersonal Paco peca (“nostalgia de amor”), dirigido por Marcelo Massa. En su retorno a la Argentina, ya en tiempos de democracia, creó el grupo y el teatro La Cochera, que inauguró con Delincuentes comunes (1985). Entre los numerosos espectáculos estrenados (la mayoría en Córdoba) se encuentran Choque de cráneos, obra basada en las novelas Los lanzallamas (1929) y Los siete locos (1931), de Roberto Arlt; Luminarias (1994); Enfermos del culo (1994), una incursión por “el umbral que hay entre el culo y la cabeza”; Por piernas y boca (1999), sobre el mundo poético y literario de Federico García Lorca; Sacra fauna (2000); Intimatum. Cambalache de la rebelión (2001), obra creada en Córdoba con el grupo Los Delincuentes, donde reunió a personajes de la dramaturgia del siglo XX y a cinco perros y un gato de cartapesta. La guía para este espectáculo fue el ensayo De Ibsen a Genet: la rebelión en el teatro, de Robert Burstein, de 1962; así como en Los últimos felices la colaboración partió de la escritora Beatriz Sarlo. Otros títulos: Pecado original (dentro del Proyecto Museos, del C.C. Ricardo Rojas); Orto y ocaso, un top show sobre una Atenas en crisis y un Sócrates al que no le queda otra salida que beber la cicuta; Polvo de ladrillos; Rodocrosita (All about me); Kagaret (pulsión por exhibirse); Fanáticos de la mamis (una metáfora argentina); Agua turbia o May Fooligh Heart; Peligran los vasos; Charada, que se repone el sábado 26, en El Excéntrico de la 18 (el teatro de Cristina Banegas), y Lo último que se puede esperar, estreno previsto para el jueves 31, en la Sala Cunill Cabanellas.