Johnny Depp y Penélope Cruz presentaron en el Festival de Cannes la nueva entrega de Piratas del Caribe, en 3D, dirigida por Rob Marshall. “De verdad que me asustan, por eso venimos a Cannes”, bromeó Depp ante la prensa sobre sus temores a los comentarios de la crítica especializada sobre la producción de Disney, que lleva por nombre Piratas del Caribe. En mareas extrañas. La película, preestrenada en Los Angeles a comienzos de mes, pone en escena además de a Depp y Cruz a otros grandes actores, como Geoffrey Rush y Ian McShane. Penélope Cruz dijo haberse sentido “muy cómoda” en la película, que le permitió volver a trabajar con Marshall (quien la había dirigido en Nine-Una vida de pasión). También se mostró conforme con sus compañeros de reparto y confesó que ya tiene “ganas de trabajar con ellos otra vez”. “Y con Johnny trabajé en Blow, profesión de riesgo , hace ya casi doce años. Por eso dije que sí antes de leer el guión”, se entusiasmó la actriz española.

Por su parte, Depp se mostró charlatán en la conferencia de prensa –donde los elogios de unos para otros fueron la norma, encantados de haber trabajado juntos– y defendió que se puede compaginar el cine de gran producción con otro de menos presupuesto. “Durante unos veinte años hice películas que en muchos casos fueron consideradas un fracaso. Así que construí mi carrera sobre fracasos, razón por la cual estaba a gusto en ese terreno”, bromeó el actor, quien se mostró de muy buen humor. “He sido muy afortunado por llegar a un equilibrio y haber enganchado mi trabajo a aquello que es auténtico para mí”, confesó quien se pone en la piel del pirata Jack Sparrow, y aseguró que en esta última entrega de la serie la suerte está echada y los espectadores serán quienes tendrán la tarea de “juzgar”. “Si a alguno no le gusta, pues culpa suya”, ironizó Depp, quien rechazó la posibilidad de verse en el papel de productor en eventuales continuaciones de la saga.