Sandra Lorenzano dirige un seminario en la UNAM sobre narrativa y autoritarismo. También trabaja como vicerrectora académica en una institución privada, pero “con vocación pública” –según la define–, la Universidad del Claustro de Sor Juana, que funciona en el convento de San Gerónimo, donde en el siglo XVII vivió la poeta más importante de la lengua castellana: Sor Juana Inés de la Cruz. “En esta universidad creamos la única carrera, a nivel licenciatura, que existe en derechos humanos en México, con mucho apoyo de la comisión de derechos humanos del DF y trabajando muy de cerca con la Universidad de Florencia (Italia), que tiene una carrera similar”, explica la escritora. Una idea se le ocurrió a esta argen-mex y se la contó a otra argen-mex, Patricia Vaca Narvaja, la embajadora argentina en México. “Después de tantos años de democracia, es la primera vez que siento que la embajada argentina en México es parte de mi realidad”, subraya. “Con Patricia pensamos la posibilidad de crear una cátedra de derechos humanos que lleve el nombre de Abuelas de Plaza de Mayo. Y estamos trabajando con el tema.”

–Con mucho entusiasmo y con ganas de estar más cerca, de venir más seguido, de estar más tiempo. Hace poco charlaba con Pilar Calveiro y las dos coincidíamos sobre lo interesante de este momento, de esta eclosión maravillosa de todo aquello por lo que uno ha luchado en la vida. Siento muchísima alegría por lo que está pasando en Argentina; es una situación privilegiada, un momento que hay que disfrutar, aprovechar y cuidar, porque que le ha costado mucho a la sociedad argentina. Venir acá es una forma de estar un poquito, disfrutar un cachito y volver cargada de esa energía también. Por eso es tan lindo tener una embajada argentina en México que sea una extensión de esta euforia y alegría que se está viviendo por acá.