“Algo huele mal en el hall del San Martín”, repetía uno de los asistentes en la premiere de Viajeros inmóviles. A esa frase le había precedido un murmullo en crecimiento. Mauricio Macri había ingresado junto con otros funcionarios. Era noche de invitados. Antes de que los silbidos se hicieran más agudos, sus acompañantes lo refugiaron en el hall de la Sala Casacuberta, ubicada en el segundo subsuelo Para entonces debía comenzar la función. Macri fue conducido en ascensor hasta el segundo piso, donde a su ingreso se redobló la silbatina. Desde el pullman y la platea le preguntaban a voz en cuello qué hacía en el San Martín, que lo tiene abandonado. Otros pedían terminar con los insultos, que ya era suficiente, que ya habían dicho lo que querían. Cuando terminó la función, Macri ya no estaba allí. Había abandonado la sala 20 minutos después de iniciado el espectáculo.