Próximamente se podrá ver a Natalia Oreiro en Infancia clandestina, de Benjamín Avila quien, a través de la mirada de un niño de doce años, construyó una ficción ambientada en la época de la dictadura. “Cuando leí el guión y acepté participar del personaje, no lo acepté por el contenido político que la película tenía, sino por la historia que estaba contando”, comenta la actriz. “Si bien está enfocada en un momento crucial de la política argentina, lo que a mí me gustó fue la poesía que la película tiene y cómo dentro del miedo, de la clandestinidad y de la valentía que estos personajes tienen, se puede construir desde el amor y los sueños de libertad y grandeza que estos personajes también tienen.” Oreiro comenta que el protagonista es un niño que se enamora por primera vez “y esa visión romántica e infantil me generó muchísima dulzura”. Si bien Oreiro considera que Infancia clandestina “es una película muy dura, es también una película muy dulce”. Eso le pareció un enfoque distinto de muchos films que vio y que abordan el tema de la dictadura. “Obviamente que necesitó de mi parte una investigación muy profunda, más allá de lo que socialmente sabemos que pasó, porque lo más difícil para mí era despojarme de lo que sabemos que sucedió e ir al momento en que estaba pasando”, concluye Oreiro.