CINE › EL JUICIO DE LOS DESCENDIENTES
Según sostiene Osvaldo Bayer, el azote de los Martínez de Hoz se remonta hasta la época de la colonia. “Ya por entonces se dedicaban al tráfico de esclavos –detalla el historiador–, y con eso amasaron la primera fortuna.” No todos, pero varios en la familia tomaron la posta de la ignominia. Y ahora resulta que los descendientes de aquellos “pioneros” se ofendieron tanto ante lo que se ilustra en Awka Liwen que iniciaron un juicio contra Bayer, Aiello y Felipe Pigna por supuesta difamación.
Quienes plantearon la demanda fueron dos nietos de José Alfredo Martínez de Hoz, el ministro de Economía de la dictadura de la desaparición de personas. Los jóvenes piden que se retiren del documental las manifestaciones acerca del primer presidente de la Sociedad Rural Argentina –José Toribio M.H.– y su descendiente, el funcionario de los militares. Consideran que lo que se afirma sobre ellos “es una invención total”. Piden que los titulares de la cinta reconozcan públicamente su “error”, y están convencidos de que se les debería pagar una suma exorbitante que iría a parar a una entidad de bien público.
Una de las escenas que más molestó a los demandantes es la que muestra a uno de sus bisabuelos jugando con las vacas y montando una tranquera, con una ineptitud motriz que según Aiello evidencia “su pertenencia a una clase rentista que poco sabía del campo”. “Por otra parte –continúa el director– hay que destacar que José Toribio Martínez de Hoz, desde la S.R.A., fue el principal financista del corrimiento de fronteras que realizó posteriormente Roca en 1879, a un costo altísimo de vidas humanas. Está ligado a la Campaña del Desierto.”
Hay más. Aiello recalca que en el diario La Prensa del 16 de diciembre de 1878 se lee que los Martínez de Hoz se adjudicaron “dos millones y medio de hectáreas” en la zona que antes ocupaban los pueblos originarios. “Y ésa es la fuente que usa Manuel Fernández López en Los nuevos dueños del desierto. Queremos que se haga una serie de proyecciones y careos con presencia de quienes nos están demandando, más el aporte de especialistas.”
Los gestos de solidaridad hacia Awka Liwen han sido cuantiosos. Reporteros sin fronteras se hizo eco del conflicto; al igual que la Red Argentina de Documentalistas (RAD) y un centenar de cineastas de América latina. Otro tanto han hecho organizaciones gremiales, políticas, sociales, estudiantiles y de derechos humanos. La hipótesis de los entrevistados es que los Martínez de Hoz calcularon mal. “Creyeron que iba a ocurrir lo que pasó cuando apretaron a Caloi”, teorizan. En una serie animada de Clemente, aparecía un vampiro orejudo que se asemejaba mucho al ex ministro José Alfredo M.H. Tras una demanda, el personaje no apareció más. “Eso no se va a repetir. Tenemos tantas pruebas acreditadas que incluso vamos a hacer otro documental, específicamente sobre los Martínez de Hoz. Con lo que conseguimos en el Archivo General de la Nación ya tenemos bastante; y hay libros de historiadores, diarios de época y hasta mapas en los que figuran sus estancias. Si ellos están en condiciones de discutir con contrapruebas, mejor. Sea como sea, desde que arrancaron con este juicio se quintuplicaron los pedidos para pasar nuestro film. Y si de cuidar la honra del apellido hablamos, José Alfredo –que fue mano derecha de la dictadura– ya la pisoteó para siempre. Yo sugeriría que se dejen solamente el ‘Martínez’, que es muy común por estos pagos”, concluye Bayer.
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