Mar 27.12.2011
espectaculos

CINE › OPINIóN

Producción argentina y federal

› Por Rosendo Ruiz *

Pertenezco a una generación de realizadores del interior que a principios de los ’90, si quería hacer cine, tenía que irse a Buenos Aires. Para mí ésa no era una opción. Terminé la carrera y me metí en el mundo del teatro. Mientras desarrollaba mi profesión en distintos ámbitos, aprendía un oficio: el gastronómico. Hace algunos años, anexé al negocio de comidas familiar un bar que funcionaba en el centro de Córdoba: Cinéfilo Bar. En ese momento se unieron oficio y profesión. En el mismo lugar donde daba de comer, comencé a proyectar películas. Cinéfilo se convirtió, desde entonces, en un lugar para programar, pensar y discutir cine, con muchos amigos cinéfilos. Hoy es posible ver una película de Hou Hsiao-hsien mientras se come un pollo al spiedo.

Mientras tanto, Córdoba seguía dando profesionales de todas las áreas en sus escuelas de cine. Comenzamos a ganar premios en importantes festivales, y la comunidad cinematográfica aumentaba en cantidad y calidad. Con la gente de mi grupo de teatro, y con el objetivo de probar nuestras teorías sobre la creación de escenas, filmamos un mediometraje (Una manga de negros) de manera muy experimental y con sólo dos personas detrás de cámara. Los resultados de este trabajo nos dieron el impulso necesario para escribir De caravana, proyecto que decidimos encarar recurriendo a la ayuda del Incaa (por cierto, un objetivo quimérico para nosotros en ese momento).

Un día, para sorpresa de todos, la Secretaría de Cultura de Córdoba y el Incaa decidieron dictar unas clínicas de desarrollo de proyectos de largometraje para presentar al instituto. Había que tener un guión y nosotros lo teníamos. Varios largos y muchas esperanzas se dieron lugar en Córdoba en los últimos tres años. Para nuestro proyecto decidimos que todo el equipo técnico y actoral fuera cordobés. Más tarde y siguiendo esta lógica, estrenamos primero en nuestra provincia, recién después en Buenos Aires y el resto del país. Rompimos las reglas (normalmente, todo el cine se estrena primero en Buenos Aires), y la verdad es que el balance de los estrenos no deja de ser más que positivo. La respuesta del público, de los festivales y de la crítica, tanto nacional como internacional, ha sido realmente conmovedora.

El sello distribuidor Cine Cordobés fue creado en enero del 2010 por los directores y productoras ejecutivas de Hipólito, El invierno de los raros y De caravana. Nos fue muy bien, nos potenciamos entre las tres (estoy seguro que, sola, ninguna se hubiera aventurado a hacerlo). Con De caravana llevamos hasta el momento más de 30.000 espectadores y vamos por la semana número 16 en cartelera. He visto la manera en que nuestra película resuena en productores, directores y la gente del ambiente de otras provincias, y me parece que les da el impulso necesario y la seguridad de que podemos aspirar a una producción argentina y federal. Ojalá en unos años eso llegue a ser una realidad.

* Productor y director de De caravana.

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