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Jueves, 25 de agosto de 2005

Una vuelta de tuerca

Siempre bajo el sello Stekelman, los más conocidos pas de deux de El Corsario, Coppelia y Don Quijote son retomados en Cotillón, no tanto como una representación burlesca, aunque sí con algunos tintes de comedia. “No tiene que ver estrictamente con los argumentos tradicionales –cuenta Pedro Calveyra–, sino que hemos creado una nueva historia, siempre con mucho respeto.” Así, por ejemplo, Coppelia “no es la de siempre, sino que es una versión que salió mal”, y más importante que hacer “diez piruetas à la second, es crear una situación, que para algunos podrá resultar graciosa”. Pero Cotillón, coreografía que da nombre a la obra, es sólo una parte de la tríada coreográfica que conforma el programa. La función comienza con Garello Tango, un suite con música de Raúl Garello y su sexteto, que ya había sido presentada en un evento dedicado al compositor, en la que se destaca Ojos negros, una conocida coreografía de Stekelman creada hace una década. Y como cierre, Tangokinesis se anima con una versión nueva del clásico Bolero de Ravel, que tanto ha atraído a los coreógrafos desde Nijinska en 1928, hasta la famosa versión de Béjart para Jorge Donn y la reciente interpretación ritualista del Ballet Contemporáneo del San Martín, con coreografía de Marc Ribaud.

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