Aveinte años de su debut televisivo con De la cabeza, Alberti rememora su paso por los programas que marcaron un antes y un después en la forma de hacer humor en la Argentina y por los que rotaron maestros del arte de hacer reír, entre ellos Diego Capusotto, Alfredo Casero, Favio Posca, Horacio Fontova, Mex Urtizberea y Alacrán. “Teníamos un lenguaje novedoso. Es increíble que hoy repitan Cha Cha Cha y aún el ritmo se sostenga. Pibes de quince años, que ni habían nacido, lo ven”, se sorprende. “Al principio, a De la cabeza y Cha Cha Cha no los entendía nadie. Después, a partir de Todo por dos pesos, el humor empezó a hacerse más masivo y entendible”, concede. Afirma que actualmente no encuentra representantes de ese tipo de comicidad ni un referente que lo cautive. “Me gusta lo que hace Yayo, pero no hay muchos programas de humor.”

–¿No busca en Internet?

–No sé navegar. Internet es tan inmenso que no sé por dónde empezar. Hay momentos en los que agarro por cable algún programa. El año pasado miraba a Peter Serafinowicz por I-Sat. Una producción de la concha de la lora para sketchs de quince segundos. El tipo hace todos los personajes y tiene algunas ideas brillantes que podríamos haber usado tranquilamente en Cha Cha Cha. Por ejemplo, recuerdo una publicidad que dice: “¿Le gustan las tuercas, le gustan los elefantes, le gustan las gomas? Ya salió la revista Tuercas, Elefantes y Gomas”. ¡Es buenísimo!