El vértigo y el lenguaje
Conocedor como pocos del medio, Aliverti confiesa sentirse conflictuado con la actualidad de la radio argentina. “La radio está pasando por un momento de crisis importante”, sostiene. “La radio –se explaya– se ha devaluado a punto tal que, a excepción de las emisoras importantes, es muy difícil que haya boletines redactados. Así como pasa en la TV y en los medios gráficos, el lenguaje en la radio se devaluó considerablemente. Hoy es común escuchar cómo los locutores se ahogan por párrafos larguísimos o frases que riman continuamente. Eso pasa porque lo único que se hace en las producciones periodísticas radiofónicas es picar cables. La cultura vértigo devaluó el lenguaje, sumado a que la corporación que maneja los multimedios y mantiene el negocio ha provocado que cada vez más la radio ocupe un lugar menor en el terreno de lo audiovisual. Desapareció la radio de autor y al frente de las emisoras e incluso de los micrófonos, ya no hay gente de radio. Hasta la década del ’80, inclusive, hubo, haciendo absoluta supresión ideológica, una radio hecha por gente del medio.” A su vez, el conductor de Marca de radio (sábados a las 10, por Rivadavia) expresa que parte de su descontento tiene también un fuerte anclaje en el aburguesamiento sonoro del medio en general, generado a partir del proceso de similitud que de un tiempo a esta parte caracteriza ambas bandas. “La AM, aunque creció un poco en términos estéticos, se la interpreta exclusivamente ligada a los contenidos periodísticos –sostiene–. Y hoy con la palabra ya no basta. A su vez, en el caso de la FM, que había comenzado a desarrollar una estética sonora más fuerte que la AM, los contenidos periodísticos se metieron de manera muy fuerte. Si bien hay productos que me gustan más y otros menos, es bueno que el aspecto periodístico se introduzca en la FM, lo malo es que por ese hecho se haya descuidado la ficción, el género fundacional del medio.”
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