CINE › SOBRE LAS TORMENTAS POLITICAS DE ESTOS DIAS
“Son tiempos en que tenemos que estar más despiertos que nunca”, evalúa Gieco haciendo un paneo por los últimos sucesos de la agenda política del país. “Yo estoy permanentemente en movimiento, es mi modo de vivir”, advierte. “Cuando no tengo fechas me voy a pasar la película de Mundo Alas a Roma, o a Zurich. No gano guita, pero me mantiene despierto. O hago presentaciones como las de la Iglesia de la Santa Cruz. Hoy voy al Chaco a tocar para H.I.J.O.S., y el domingo a Misiones para apoyar la convención de mujeres. Yo auspicio la Casa de la Mujer ‘María Conti’ de Jujuy, y las ayudé a que fueran allá entonces dije: me pago un avión y voy. Porque estoy seguro de que el movimiento va a traer siempre buenas cosas. Podría quedarme mirando tele... ¡Sería más aburrido que la mierda!”
–Parecería que en estos tiempos lo dicho puede ser usado en su contra. Así sucede con Fito. Usted viene más intacto...
–¡No crea! Me atacan de otras formas: muestran por TN, en A dos voces, la factura de una fecha en Zaragoza, y dicen que cobro una barbaridad. Pero no dicen que no es la factura por mi cachet, sino que están incluidos todos los cachets, viajes, hoteles, viáticos, de toda la banda. O si no la otra: te paso para mi bando en dos minutos. Así fue en Cosquín: yo dije que estoy en contra de las minas. Como el Gobierno les dio una venia a las mineras, al día siguiente sale en Clarín: “León Gieco critica la política del Gobierno”. Antes había hablado de todos los motivos por los cuales banco a este Gobierno, pero de eso no salió una línea. Y después de mil años sin que me hicieran una nota, pasé a ser un hombre de Clarín. Eso me causa hasta gracia. Lo de Fito me enoja y salgo a bancarlo con todo, más después de las barbaridades que le decían...
–¿Cuáles?
–Macri salió a decir: “Ay, no es el Fito que yo conocí”. ¿Y cuándo lo conoció él a Fito? Habrá comprado El amor después del amor, en la época en que había que comprarlo, pero él no lo conoce, no tiene idea de quién es. María Eugenia Vidal dice: “Ay, me da pena Fito Páez”. Perdón, ¡¿qué pena?! A mí me da pena ella, que siendo funcionaria, y teniendo la posibilidad de cambiar las cosas, hizo tan poco por la ciudad. Un legislador del PRO le manda una carta documento, porque se siente ofendido cuando Fito los imagina en la dictadura. Y sin ponerse a imaginar un pasado, ¿no le hacen ruido en el presente las escuchas ilegales de Macri, o el 0800 buchón que armaron para las escuelas? ¿No es raro ofenderse desde ese lugar de gobierno? Esta gente tiene que saber que así como el tango tiene un Discépolo, el folklore tiene una Mercedes Sosa o un Yupanqui, el rock también tiene su gente plantándose a decir cosas.
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