“Ahora que estoy orientado a la música electrónica tengo que andar explicando que, en verdad, es una cultura distinta, pero no deja de ser música. La electrónica está en la misma calle que el rock, en todo caso son carriles de una misma avenida que es la música. Y cada vez más. Lo que puedo ver en la electrónica es el desparpajo del punk, la psicodelia que el rock tuvo en un momento y que ya casi no tiene, y las ganas de diversión de la new wave; muchos ingredientes que para mí se emparientan con el rock y con muchos momentos vividos. Lo que cambia es que la gente va a bailar y no a ver o a escuchar; es otro mundo. Y si a eso le sumás que surgen estilos nuevos todo el tiempo, dos o tres por año, tenés que estar muy atento. La electrónica es música de gente inquieta, no es algo estático. En Argentina se sufre mucho el monopolio que hay en la electrónica, que no deja que haya apertura, que surjan DJ, que haya varias agencias o varios sellos; no se fomenta la variedad. Acá, el DJ que quiere imponer su estilo tiene que hacerse una fiesta. Y si funciona, ya es parte del underground.”