Es sabido que KISS es una pasión mundial y eso se trasluce no sólo en el imponente volumen de ventas que los inverosímiles productos licenciados por el grupo registran prácticamente en todo el Globo –desde libros de un metro y medio hasta papel higiénico–, sino por la ineludible presencia de su “barra brava” oficial: la KISS Army, o “Armada de KISS”. Curiosamente, esta fuerza de fantasía –que no es sino un club de fans oficial– se inauguró en los Estados Unidos apenas un par de años después de que la banda empezara a funcionar, e incluso algunos meses antes de la edición de Alive!, el disco en vivo que la disparara a la fama. Desde entonces, el enrolamiento creció más y más, hasta el punto de que prácticamente en cualquier nación donde haya algún fanático habrá una “KISS Army” local. “Cuando llegamos a un país no hacemos ningún contacto, directamente se nos aparecen”, cuenta Paul Stanley entre risas. “Mantienen una relación muy genuina con nosotros porque se involucran y difunden información sobre la banda permanentemente. Muchas de las revistas que sacan tienen la suficiente calidad como para venderse en un puesto de diarios y las hacen ellos solos. Es sabida la dedicación que le ponen, pero siempre nos sorprende la profesionalidad con la que trabajan, porque estamos hablando de clubes de fans, no de grandes editoras. Ese trabajo cotidiano nunca termina de sorprendernos.”