Juan Ignacio Boido dice que una de las cosas que más le gustan de Página/12 es la cantidad de escritores que escriben en el diario. “Las casi mil novelas que llegaron hablan, a su manera, de esa relación con la literatura que evidentemente también existe entre sus lectores. El trabajo de preselección fue inmenso y tremendamente delicado. Discutieron con meticulosidad cada novela que les parecía finalista. La variedad, de estilos, de recursos, de temas entre las novelas finalistas es tanto o más grande que la vez anterior”, compara el autor de El último joven. “Muchas veces la dificultad de elegir está en esa variedad, en lo disímil, en lo diferente que pueden ser dos novelas igual de buenas. Se habló mucho, se discutieron una por una las diez finalistas, y más de una vez de esas conversaciones salían posiciones nuevas con respecto a los libros, lo cual no es poco en un jurado tan amplio y heterogéneo. Incluso en esas charlas, ante esa variedad, surgió la idea de dar algunas menciones, de poder destacar otras voces y otros temas además de la premiada.”