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En su triple lugar de actor popular, director artístico de El Trece y dueño de Pol-ka, Suar no esquiva las preguntas sobre la política argentina. De hecho, hace unos días se mostró muy crítico del tono de la carta con la que Cristina Fernández de Kirchner le respondió a Ricardo Darín, en relación al origen patrimonial de la Presidenta. “No se puede psicopatear a alguien de esa manera”, declaró. En diálogo con Página/12, Suar analizó la actualidad del país. “Como ciudadano, porque no soy ni economista ni político, veo un país que está difícil. Una sociedad que se deja mentir por el Indec, es una sociedad que necesita reflexionar. No sé si la inflación es del 30 por ciento, como dicen algunos, pero tampoco creo que sea del 12. Después, obviamente, hay muchas cosas buenas que hizo este gobierno y el de Néstor Kirchner. Por supuesto que sí, no soy obtuso. Pero en el último tiempo veo una sociedad muy fragmentada. Y eso creo que baja del vértice del poder”, reflexiona.

–¿Cree que el ejemplo debe venir de arriba hacia abajo?

–Siempre, en todos los órdenes de la vida. El perro tiene la cara del amo. Yo soy la cabeza de una empresa y practico esa política.

–¿Cree que la Argentina está atravesando uno de sus peores momentos sociales y económicos?

–No, no. Pero siento que, desde (la presidencia de Carlos) Menem en adelante, la sociedad argentina fue un poco para atrás. Se transgredieron los valores, nos volvimos más individualistas... Pero no tengo una mirada pesimista. Tengo fe en que la fragmentación social actual va a pasar. Creo que el conflicto permanente va a pasar. Son ciclos, ¿no? Ahora está la foto muy cerca. Todos nos peleamos en cualquier lado, en Twitter: los que están a favor, los que están en contra... Para mí esas peleas son de Billiken. Yo no le creo nada a nadie. No la viví, pero compromiso político hubo en los setenta. Ahora son todos militantes de pico y de Billiken: tirás un chasquiboom y salen todos corriendo. Uno solo.

Es otro momento del país. Quiero ser respetuoso de los setenta, porque no viví esa época. Ahora salen, hablan, se tuitean, es como una puesta en escena discursiva. No estoy de acuerdo con el grado de agresión que se tiene de un lado y del otro.

–¿Considera que la agresión es “de un lado y del otro”?

–Obviamente que hay un lado y hay otro. Sería una ingenuidad no decirlo. Hay agresión. Pero siempre digo que el que está en el poder tiene una responsabilidad enorme. E-nor-me.

–¿Y la televisión, en tanto principal medio de entretenimiento y por lo tanto formador, qué rol cumplió y cumple?

–La TV es muy importante. Yo hago el ejercicio... Me he equivocado mucho en los últimos años y he hecho cosas que me di cuenta que me había equivocado. Debo tener una responsabilidad mayor. Trato de equilibrar entre el entretenimiento, los límites, la libertad expresiva y regular. Lo tengo presente. Juro que lo tengo. A veces me equivoco. Tengo mucho para mejorar. Pero también entiendo que en una sociedad no es fácil transmitir valores, porque los valores se disuelven. Y en eso el Estado tiene un rol importantísimo. Insisto.

–La TV, como principal medio de información y entretenimiento, también.

–Sí, no tengo dudas. Las escuelas, el colegio público se deterioró. Hay un entramado complejo que, entre todos, tenemos que ver. Obviamente que la TV también. Pero cuando se empiece a acomodar desde el vértice del poder... Y no hablo del kirchnerismo, ¿eh? En general.

–Se refiere a los dirigentes, a los empresarios...

–Los empresarios tienen una responsabilidad enorme. El empresariado argentino no existe. Se cagan entre ellos. Si le tienen que soltar la mano al otro, lo hacen. Es un empresariado que no es bueno.