“Libros como éste”, dicen sus compiladores sobre La historieta salvaje, “van a ser más fáciles cuando se consolide el Archivo”. Parte del material utilizado apareció en las recorridas de ambos por la Biblioteca Nacional, además de la consulta a coleccionistas del rubro. “Con el libro barremos algunos mitos, como que Viruta y chicharrón fue la primera historieta publicada”, destaca José María Gutiérrez. Esa serie, de 1912, está señalada como la primera del país, aunque ellos encontraron trabajos de 1907 que se reproducen en el libro.

“El disparador de este libro fue estar trabajando y pensar que estaría bueno ver publicadas estas cosas, y ahí nos planteamos ir lo más atrás posible”, explica Judith Gociol. “Después fuimos recorriendo revistas y descartamos algunas porque no las consideramos demasiado importantes o porque no soportaban una lectura actual, no se bancaban que ya no somos esos lectores sino otros muy experimentados con el género.”

En la selección de La historieta salvaje sus responsables procuraron “mostrar la diversidad de líneas y de formas, no sólo de relato o de humor”. Además, eligieron obviar las protohistorietas, esas primeras apariciones a medio camino entre la viñeta y la secuencia. “Es material divino, pero elegimos arrancar con algo que respondiera más claramente a qué es una historieta”.