Carlos Martínez comparte la idea de que, a partir de los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, hubo un cambio de percepción sobre las consecuencias de la dictadura por buena parte de la sociedad argentina. “Fueron muy importantes las derogaciones de las leyes de obediencia debida y punto final y el respaldo a la realización de los juicios, a pesar de las demoras que pudo haber habido y de que quedan casos pendientes, el hecho de avanzar creo que no ha profundizado heridas sino, por el contrario, ha permitido cerrar historias.” Martínez completa la idea: “Para la historia argentina este período va a ser muy importante. Habrá otras razones, pero ésta es de fondo. Es como decir: ‘La historia no queda trunca sin resolver, como ha pasado con el genocidio armenio, y en muchos casos en el mundo que quedan las heridas y no cierran a lo largo de la historia’. En este caso, es llegar hasta el final y que no sea una historia contada por los ‘subversivos’ y otra historia contada por los genocidas, y vaya saber cuál es cierta. Es importante que el Poder Judicial, con todas sus atribuciones y respetando todas las garantías como es debido con sus abogados, con sus tiempos de proceso, con sus instancias de apelación, dilucide y deje establecida cuál fue la verdad. A mí, en lo personal, no me modifica nada que un señor esté en su casa o en la cárcel, pero a la sociedad argentina sí. Yo estoy más tranquilo por la vida que vayan a tener mis nietos”, concluye Martínez.