Jue 27.06.2013
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CINE › LINKLATER, DELPY, HAWKE Y EL CURIOSO DISPOSITIVO CINEMATOGRáFICO QUE REAPARECE EN ANTES DE LA MEDIANOCHE

“La relación entre nosotros también se profundiza”

El director y los dos actores buscan explicaciones a la química que hizo que la trilogía Antes de... iniciada en 1995 funcione tan bien y siga dando tela para cortar: “Ya escribimos tres películas juntos, es algo increíblemente íntimo para hacer”.

› Por Kaleem Aftab *

16 de junio de 1994. En un tren proveniente de Budapest, Céline –estudiante de 23 años de la Sorbona– se sienta cerca de Jesse, mochilero que se dirige a Viena, donde debe tomar el avión que lo llevará de regreso a Estados Unidos. El está leyendo Todo lo que necesito es amor, libro de memorias de Klaus Kinski. Ella lleva una colección de cuentos eróticos de Georges Bataille. La conversación fluye.

El comienzo de Antes del amanecer, a primera vista inocuo, terminó dando paso a una singular trilogía fílmica. No hay explosiones, superhéroes o una trama siquiera –apenas una pareja, hablando sobre amor y relaciones humanas– y sin embargo la serie de películas capturó el interés del público durante décadas. “Siempre decimos que son las películas de menor recaudación que jamás hayan dado lugar a una secuela”, dice el director Richard Linklater. “Y sin duda, las menos recaudadoras de cualquier franquicia o lo que sean ahora.”

Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y ahora Antes de la medianoche (2013) llegaron a ser films clave en las carreras de Linklater y los actores Julie Delpy y Ethan Hawke. Denotando el modo en que la colaboración entre ellos fue creciendo de película en película, en ambas secuelas Delpy y Hawke figuran en créditos como coautores del guión, junto a Linklater. “La relación entre nosotros tres se profundiza, igual que les sucede a los personajes”, dice Hawke, que en el momento de filmar Antes del amanecer era un muchacho de veintipico. Ahora tiene 42. “Quiero decir, el conocimiento mutuo se complejiza con el paso del tiempo y las películas en común. Ya escribimos tres películas juntos, es algo increíblemente íntimo para hacer.”

Los créditos de Antes del amanecer no daban cuenta de ese trabajo de a tres. En el comienzo, Linklater le pidió a una actriz de sus películas previas, Kim Krizan, que lo ayudara, aportando la perspectiva femenina. Al mismo tiempo, buscó actores que pudieran recrear los diálogos. “Busqué a los dos actores más creativos que hubiera”, recuerda el realizador, que a fines de julio cumple 53. “Sabía que la película entera dependía de ellos. No había nadie más. Por eso el guión terminó siendo apenas un punteado con un montón de apuntes al margen. A partir de ellos construimos la historia y los personajes.”

“En las audiciones, Richard me preguntó si escribía”, recuerda Delpy. “Yo le dije que tenía un guión escrito y eso le gustó.” Hawke había escrito una novela y dirigido videos musicales y acababa de terminar un corto. Ambos estaban en momentos altos en sus carreras. Hawke debutó con un protagónico resonante, en La sociedad de los poetas muertos, y más tarde renovó su crédito en Generación X - Reality Bites. Un año mayor que su compañero de elenco, Delpy llamó la atención en Europa Europa, de Agnieszka Holland, protagonizando luego nada menos que Blanc, segunda entrega de la “Trilogía de colores” de Krzysztof Kieslowski.

Un 16 de junio

Antes que con el cine de su país, este ciclo fílmico se ha asociado con referentes franceses. Las películas de Eric Rohmer, donde los personajes hablan tanto como Jesse y Céline, y la serie de Antoine Doinel, de François Truffaut. “Me gusta Rohmer”, reconoce Linklater. “En cuanto al ‘ciclo Doinel’ es muy distinto a esta trilogía, ya que Los cuatrocientos golpes, Besos robados o El amor en fuga son películas unitarias, que lo que tienen en común es el protagonismo de Doinel. Mientras que éstas se están convirtiendo en una sola película.”

Es curioso recordar ahora el argumento que Jesse usó en Antes del amanecer, para convencer a Céline de pasar la noche con él en Viena. “Imaginate a vos misma dentro de diez o veinte años. Estás casada, tu matrimonio ya no tiene la energía que tenía. Empezás a echarle la culpa a tu marido. Te ponés a pensar en todos los tipos que conociste en tu vida, qué hubiera pasado si le hubieras dicho que sí a otro. Bueno, yo soy ése.” Esa es la trama de las dos películas siguientes. El primer amague de secuela fue en 2001. En una escena de Despertando a la vida, aquella película de animación rotoscópica de Linklater, Jesse y Céline comentaban, en la cama, una conversación que habían tenido en Antes del amanecer.

A pesar de la ausencia de trama, Antes del amanecer había dejado a los espectadores con una intriga: ¿se encontrarían ambos seis meses más tarde, tal como habían quedado, después de negarse a intercambiar números de teléfono? Tema de discusión entre románticos y cínicos. Al comienzo de Antes del atardecer, cuando Céline, ahora especialista en medio ambiente, va al encuentro de Jesse, que presenta su nuevo libro en la librería parisina Shakespeare and Company, queda claro que ese encuentro no tuvo lugar. El recorrido callejero y la “puesta al día” de ambos a lo largo de una jornada finalizaba otra vez ambiguamente, con Jesse en el departamento de Céline, poniendo en riesgo su llegada a tiempo al aeropuerto, para tomar el avión de regreso a casa.

“Cada vez que hacemos una nueva, volvemos a ver las anteriores”, dice Delpy. “No es que hayamos hecho tantas, pero antes de filmar la segunda revimos la primera y antes de la tercera, las dos previas.” Un nuevo salto de nueve años, y ahora, en Antes de la medianoche, el espectador encuentra a Jesse y Céline casados y frustrados. Tal vez fuera inevitable que terminaran juntos: el 16 de junio es el día conocido como “Bloomsday”, cuando James Joyce tuvo la primera cita con quien sería su esposa, Nora Barnacle.

Dice Hawke: “A la hora de encarar esta tercera parte, lo más difícil de resolver era que si ellos se conocen hace tanto tiempo, ¿por qué habrían de contarse sus intimidades?”. En Antes de la medianoche, por primera vez Jesse y Céline interactúan con amigos, focalizando luego sobre mantener o no su relación. Los fans no se sentirán defraudados: una vez más, el diálogo y las situaciones producen la sensación de estar fisgoneando la intimidad de un par de amigos. Todo parece demasiado real para ser ficción. Hawke corrobora que en buena medida lo es: “En un momento Céline le dice a Jesse que siempre hace el amor de la misma manera, y eso es algo que mi esposa alguna vez me dijo”.

Actuar sin que se note

Linklater está agradecido a la naturalidad de ambos protagonistas. “La de Julie y Ethan es la clase de actuación que nunca gana premios, porque se da por sentado que no están actuando, que lo que les pasa es real. Es como los monos del comienzo de 2001, odisea del espacio: no ganaron el premio al mejor vestuario porque la gente los tomaba como si fueran monos de veras. En esta saga, la gente cree que simplemente damos cámara y logramos capturar estos diálogos, como si no estuvieran escritos y ensayados.”

Una regla no escrita entre Linklater, Delpy y Hawke es que los tres tienen que estar de acuerdo con todo lo que figura en el guión. “Todo el tiempo escribimos los diálogos del otro”, dice Delpy. De ser necesario, Linklater tiene la última palabra, en la isla de edición. “Hay tantos directores con actitud de dictadores, que es como que se la pasan recordando: ¡Es mi película!”, afirma Hawke. “En el caso de Richard es al revés: él quiere que todos los que participamos en la película sientan que la película es de todos.”

A Linklater se lo reconoce como el hombre que puso en el mapa cinematográfico a su ciudad natal, Austin, Texas, de la cual Hawke también es oriundo. Resulta paradójico que las tres películas más conocidas de Linklater tengan lugar en Viena, París y el Peloponeso. “En un primer momento pensamos en hacer que ésta tuviera lugar en Estados Unidos”, dice. “Un lugar como San Francisco, tal vez. Pensamos si ella podría encontrar allí un trabajo en su campo, y dónde trabajaría él como escritor y docente. Imaginamos un día cualquiera entre ambos. Un martes, pongámosle: ella está en su trabajo, él haciendo lo suyo, se encuentran en casa cuando cae la tarde. La vida doméstica de cualquier matrimonio. Nos pareció bastante deprimente, y lo descartamos. Pero pensamos bastante en eso, y mucho de lo que pensamos fue a parar a la película, al menos como referencia.” Finalmente eligieron Mesenia, en Grecia, donde Linklater había escuchado que había un lugar de retiro para escritores.

Antes de la medianoche está dedicada a Amy Lehrhaupt, una mujer a quien Linklater conoció casualmente, poco después de estrenar su ópera prima, Slacker. Ambos pasaron la noche caminando y charlando, y ese encuentro fue la fuente de inspiración para Antes del amanecer. A diferencia de Jesse y Céline, intercambiaron números de teléfono. Luego de algunas cartas y conversaciones telefónicas, perdieron contacto. Tres años atrás, Linklater descubrió que Lehrhaupt murió en un accidente de moto, el 9 de mayo de 1994. Un mes antes de que Jesse y Céline se encontraran, en un tren que iba de Budapest a Viena.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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