Norman Briski: Inició su carrera en 1955 con la obra La farsa del señor corregidor, en Córdoba, su provincia natal. Muy pronto se encontró transitando dos caminos paralelos: el de la consagración dentro del circuito convencional, participando de tiras televisivas, películas y obras teatrales, y el de la lucha política. Socialista declarado, formó parte del grupo Octubre, fomentando el “teatro comunitario”, y más tarde de las agrupaciones Brazo Largo y Madres de Plaza de Mayo. Por su activismo y dedicación social y política debió exiliarse en Perú, Venezuela y España durante la dictadura.

Alberto Sava: Se formó como mimo con Angel Elizondo, pero enseguida se lanzó a las calles, con el grupo Mimo Contemporáneo y luego con Teatro Participativo, para hacer “un teatro para transformar la realidad”. En 1983, el teatrista fue convocado para trabajar en el proyecto de “desmanicomialización” de los internos del Hospital Borda. Pronto propuso que los internos hicieran arte como parte de su rehabilitación y, en 1984, creó el Frente de Artistas del Borda.

Enrique Dacal: Fue fundador y director del Teatro de la Libertad, que desde 1983 hasta 1999 montó obras teatrales a lo largo de todo el país, en espacios no convencionales. Sus piezas más conocidas son Juan Moreira, El heroico Bairoletto, y Sol violento, sobre las ruinas del infierno, todas con dramaturgia de Francisco Enrique, seudónimo que le pertenece. Dacal es ex director y profesor de la Escuela de Arte Dramático de Buenos Aires, miembro fundador del Consejo Asesor de la Escuela Internacional de Teatro de América Latina y el Caribe, y jurado del Instituto Nacional del Teatro.