Imanol Arias confiesa que la pasaba mal en su juventud con el rótulo de galán. “Te daba miedo”, dice. Y lo argumenta así: “Yo tengo casi sesenta años. Los galanes anteriores eran solamente galanes. Se les vaciaba un poco el cerebro para que no pensaran mucho y sólo se preocuparan por estar guapos. Entonces, nos enfrentamos a eso en vez de con calma, con mucha virulencia, aunque luego hacíamos el personaje exactamente igual. Pero los que empezamos a trabajar en los ’80 intentábamos no mezclarnos, como diciendo: `No voy a jugar esta liga o en todo caso la juego de invitado’. Y como teníamos mucho miedo decíamos también muchas estupideces. A veces, negábamos cosas evidentes, intentábamos que no nos encasillaran”, explica el actor. Y reconoce que eso les permitió trabajar menos y elegir más. “Y la verdad es que el aprendizaje fue bueno. Además, somos una generación de actores que no nos hicimos ricos desde el principio: cobrábamos muy poco, eran todas apuestas a ver si el público entraba. Y eso nos dio una parte de nuestra vida en la que vivíamos, pero no nos dio tiempo de hacer tonterías. Yo creo que es la generación menos dañada. A lo mejor no fue una generación tan brillante, pero sí muy segura y casi todos estamos vivos y casi todos estamos en la profesión”, completa Arias.