Nadie debería sorprenderse al ver a Alec Baldwin en Torrente 5. O al menos nadie que haya seguido de cerca la carrera del galancito de los ’80, quien desde Mi novia Polly en adelante pasea su figura de oso por cuanta comedia se le atraviese. Siempre con el talante y la seguridad de quien está de vuelta de todo, atreviéndose incluso a hablar un español francamente impresentable, tal como ocurre aquí. Segura recuerda: “Mientras escribía el guión pensaba en una estrella de Hollywood menos activa, alguien cuya carrera se hubiera ido al carajo. Pero que dijera que sí este tipo me pareció un milagro. En los últimos años mostró tener un humor muy disparatado, tanto en 30 Rock o en Saturday Night Live, así que calculo que Torrente le habrá interesado. Cuando llegó me dijo: ‘Mira, me mandan muchos guiones asquerosos en Hollywood; éste es asqueroso pero muy gracioso’, y yo le respondí: ‘Gracias’”.

–Sí, me encantó. Además, es un tipo muy cómico, no se cree una estrella ni nada. Fue accesible y aportó muchas cosas, algo fundamental para una comedia. Sinceramente, no sé qué pensó de nosotros, pero se la pasó de maravillas. Porque encima cuando lo conocí yo estaba disfrazado de Torrente, lo que fue muy vergonzoso.

–No, fue todo fonético. Incluso se cabreó bastante conmigo porque él no quería hablar en español, le insistí y al segundo día ya estaba quejándose porque le dolía la cabeza y la lengua. Yo le decía que siguiera así, que estaba quedando muy bien, muy simpático.