HISTORIETA › FIERRO “VIEJA” O FIERRO “ACTUAL”
Se habla mucho de la “vieja Fierro”, de su legado, de la influencia enorme que significó para toda una generación de historietistas. El tiempo permite olvidar que esa Fierro, como ésta, también generaba polémicas y pasiones agitadas, aunque fueran de distinto signo. Se mencionan los grandes nombres que figuraron en ella, obviando que treinta años pasaron desde su último número y que, naturalmente, con las décadas también se acrecentó la figura de muchos de los autores que la integraban. ¿Quién puede decir que no sucederá lo mismo en otros treinta años, cuando se puedan evaluar en conjunto cuarenta años de obra –o más– para autores como Fernando Calvi o Ignacio Minaverry?
Al mismo tiempo, hay datos concretos que evidencian la influencia de la revista como medio de difusión y como medio de producción para la historieta argentina contemporánea: ya hay una treintena de libros que recopilan muchas de las historias publicadas en sus páginas durante estos ocho años. Son 31 libros que, probablemente, no existirían si no existiera Fierro. Libros, muchos de ellos premiados, reconocidos por crítica y público. Y desde luego, más libros por venir.
La enumeración que sigue no es de ningún modo exhaustiva, pero debería bastar para tomar conciencia del valor de la publicación. No ya por ser el único baluarte mensual en los kioscos, ni por ser fuente de trabajo para algunos dibujantes, sino por las historias que supo ofrecer a los lectores, incluso a quienes no la siguen número a número. Una de esas historias importantes fue El hipnotizador, de Pablo de Santis y Juan Sáenz Valiente. Lo inusual del caso es que además de ser recopilado en la Argentina y el exterior, la historia también llegará a la televisión gracias a una producción de la filial latinoamericana de la cadena HBO, que se filma en Uruguay.
Algunas de las historias fueron tan extensas que ameritaron más de un tomo recopilatorio. Es el caso de Dora, de Ignacio Minaverry, y de Angela della Morte, de Salvador Sanz. En registros muy distintos –relato realista e histórico en un caso, de ciencia ficción en el segundo–, ambos representaron a su modo algunos de los momentos más altos desde la narrativa y la gráfica de esta nueva etapa de la revista. También en el territorio de la ciencia ficción se ubicó Cieloalto, de Diego Agrimbau y Pietro, con un llamativo manejo de la construcción cronológica de la escena como parte esencial de la trama.
En tonos mucho más realistas se situaron Malandras (Rodolfo Santullo y Dante Ginevra), vinculada con la historieta histórica (y al pasado no muy lejano argentino), Bolita –de Carlos Trillo y Eduardo Risso– que, además de contar con una heroína muy poco común, significó también el último trabajo publicado en vida por el guionista. Y ya no como ficción, sino como documental, hay que ubicar Tortas fritas de polenta, de Bayugar, un relato entre biográfico y documental sobre la guerra de Malvinas.
También hubo espacio para lo fantástico, con el –literalmente– dantesco recorrido tanguero de Luciano Saracino con su El Feo. Y la reflexión también tuvo su lugar con los artículos de Laura Vazque Hutnik, recopilados en parte de su libro Fuera de cuadro.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux