La crítica georgiana definió a La tempestad interpretada por la Compañía Et Cetera de Moscú como “un punto de inflexión en la carrera de Sturua”, subrayando también el trabajo sólido de sus íntimos colaboradores de siempre, el compositor Giya Kancheli y diseñador Georgy Alexi-Meskhishvili. La crítica elogió “la rapidez del ritmo, los estallidos de color, su antirrealismo y el uso del humor al servicio de la tragedia. Y quizá sobre todo, en la calidez y el afecto profundo que el director siente por todas las debilidades y pecados del hombre, no importa lo terribles que sean”.