Se sabe que Pixar debutó a lo grande con Toy Story. Hay mil razones para explicar el éxito artístico, pero una es el balance perfecto entre Woody y Buzz. Pero la idea original era diametralmente opuesta. O al menos eso contó Sohn en Mar del Plata: “Yo me perdí el proceso de producción porque entré a Pixar en 2000, pero este año, cuando se cumplieron veinte años del estreno, los animadores mostraron distintos fragmentos de cómo había ido modificándose la película. Al principio Woody era un tarado total: le pegaba a todo el mundo, gritaba, tiraba a Buzz todo el tiempo. Todos decían que era imposible empatizar con él. Por suerte el director John Lasseter se dio cuenta y retrocedió. Después, Disney encontró a Tom Hanks para que hiciera la voz, y gracias a la forma en que él planteó al personaje se descubrió una manera de hacerlo celoso y competitivo, pero de una manera positiva. Fue un proceso bastante complicado, pero una vez que se encontró a los personajes, todo encajó y se pudo seguir para adelante”.