FOTOGRAFIA › EXPOSICIONES RECOMENDADAS
Ninguém e de Ninguém, de Rogério Reis (Brasil). En el Museo Nacional de Bellas Artes se puede ver esta exposición que tapa, a la manera de ciertas revistas cómicas, los rostros de los personajes, para plantear la cuestión de la privacidad en los lugares públicos, en particular aquellos de enorme exposición, como las playas.
¿Desaparecidos?, de Pablo Ortiz Monasterio. Poco se puede decir –que no se haya dicho ya– sobre los desaparecidos de Ayotzinapa. Aunque el presidente Mauricio Macri desconozca los rastros del gobierno mexicano en la ausencia de estos 43 desaparecidos, el registro fotográfico recuerda la vigencia del reclamo y del crimen. En el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
Afganistán 2002-2007, del chileno Tomás Munita. Como señalan Harrington y Mangialardi, el reportero de The New York Times ofrece una mirada sensible sobre la vida cotidiana en un país devastado por la guerra. También en el Conti.
Yuen Yeung - Fotografía contemporánea de 7 artistas de Hong Kong. La situación particular de Hong Kong, a medio camino entre occidente y el gigante asiático del cual forma parte da como resultado una mirada particular que se explora en esta exposición. En el Museo Sívori.
Las muestras coreanas. En particular, A square, de Park Hosang (en el CCGSM) y The walls and Wells, de Choi Goseong (en el Centro Cultural Coreano), cada una con su cariz singular, sobrias y a la vez luminosas, sea retratando parques desde perspectiva cenital o trabajando en blanco y negro sobre paisajes apenas iluminados.
Además, por supuesto, resulta insoslayable la muestra colectiva Rastros de irrealidad, que concentra lo más puro del concepto en torno al cual se montó esta edición del festival. Pero lo cierto es que con más de 100 exposiciones para ver, es inevitable no pensar en otras muchas. Para algunas se puede aprovechar y hacer la visita completa. Por ejemplo, en el Museo Nacional de Bellas Artes basta con pasar a la sala contigua para ver Maestros. El bosque y el árbol, de Gaby Messina. En el Conti sucede otro tanto con El norte argentino, de Marcos Zimmermann. Pero escaparse a otros espacios que también se suman al Festival de la Luz puede ser una buena idea. Allí está la rusa Mariya Kozhanova con Declared detachment y sus imágenes que retratan los fragmentos de una generación rusa que se encontró con una sociedad de bases identitarias resquebrajadas tras la caída del comunismo. O la muestra Libros de Artistas, en la sede palermitana de la Alianza Francesa, con todo lo que hay para investigar sobre los libros del circuito local de fotografía.
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