No hace falta la salida de un disco. Con veinte años de trayecto, en este mundo musical tan cambiante, basta y sobra para brindar. “Yo no tomo, pero brindo igual”, se ríe uno de los quijotes del dúo que los cumple, Rolando Goldman. El otro, Raúl Malosetti, se manifiesta como su contrario, en el sentido etílico. “Yo hago todo lo que él no hace, fumo, tomo, todo”, dispara el sobrino de Walter y tío, por ende, de Javier. Los contrarios se atraen, dicen, pero tal ley –felizmente– no se aplica a la música en este caso. El charango de uno, el abstemio, y la guitarra del otro, el calavera, se entienden a la perfección y la prueba estará soplando en el aire del Viejo Mercado, el teatro de Lavalle al 3100, donde ambos brindarán su aniversario con música, hoy a las 21. “Veo nuestra historia conjunta como un cúmulo de acciones que no se fueron reemplazando unas a otras, sino sumándose desde lo musical y lo extramusical, porque también convivimos en lo social, lo familiar y lo militante, sin conflictos… disfrutando de todo lo que hacemos”, arranca el judío-kolla, como gusta decirse –y sentirse– a Goldman.

“Lo nuestro partió de la simple audacia de probar. Yo tenía algunos temas, él propuso otros, y a partir de ahí se fue generando un interés por hacer algo en común”, agrega el versátil Malosetti, acerca de una velada que, bajo el título de “20 años - febril la Mirada” promete invitados en sintonía folklórica nacional y latinoamericana: Facundo Guevara, Nuria Martínez, Laura Albarracín y Julián Goldman, entre otros. “Lo de febril la mirada es por el tango, nomás. Es por mis ganas de joder de siempre. No sé, saldremos a tocar afiebrados”, se ríe, otra vez, el charanguista. “No sé, la cuestión de los números redondos te da para hacer balances o querer celebrar, ¿no?”

–O transportase, en una especie de elipsis temporal, a un minuto cero, ¿cómo fue en el caso de ustedes?

Raúl Malosetti: –Nos conocimos en el Teatro San Martín. Yo sabía de él, él de mí, y aún sabiendo que veníamos de mundos diferentes, él del folklore y yo del jazz, nos mandamos.

Rolando Goldman: –La propuesta que le hice a Raúl fue la de indagar nuevos caminos, y así fue: logramos eso, y también construir una hermandad total. La necesidad, por mi parte, fue darle al charango un espacio más solista.

Hermandad que se traduce en unos quinientos recitales en varios lugares del mundo; tres discos (Vamos de vuelta, 10 y 6 y Dúo Malosetti-Goldman), otra unión a través del documental Simón, hijo del pueblo, que musicalizó Malosetti, que Goldman dirigió junto a Julián Troksberg, y que protagonista Osvaldo Bayer. “Lo que vivimos fue impresionante, muy musical, porque a nosotros nos une un interés artístico, no comercial, algo que torna más difícil poder llevar un proyecto adelante durante tanto tiempo. No es la guita sino el interés de pasarla bien”, resuelve el Malosetti sobrino y primo.