La próxima novela de Alicia Steimberg, que saldrá el año que viene, se llama La música de Julia. “Ya me pagaron el adelanto y me lo gasté, así que la tengo que publicar”, bromea la escritora. La historia relata cotidianidades de la vida de un hombre y de una mujer que ya pasaron los 70 años. “Alguna gente está muy vencida a esa edad y otros estamos muy bien. Pero hay un desgaste que no se puede negar, como que la columna lumbar está hecha pelota y que hay que hacer yoga; entonces esa armonía que tiene que haber entre la manera de pensar y las decisiones que uno toma tiene que incluir estos desgastes”, plantea Steimberg. “El segmento que falta para morirse es necesariamente mucho más corto de lo que se llevó vivido, y eso tampoco se puede dejar de pensar. Pero también uno ha aprendido que hay que ir supliendo todo esto con las satisfacciones que da seguir haciendo lo que más te gusta en la vida.” El título de la novela alude a la música que escucha Julia, que tiene una importante disminución de la audición y que es acúfena (persona que percibe sonidos en ausencia de ruidos externos), como Steimberg. “A una amiga que suele venir a cenar todos los jueves le digo: ‘Ves, ahora, los muchachos están cantando la Marcha peronista’. A veces escucho también música sinfónica, todo depende.”

–¡Qué ironía del destino que escuche la Marcha peronista!

–Es una ironía terrible (risas). Pero tengo dial, puedo cambiar.

–¿Cómo?

–Lo cambio pensando, por eso dicen que en el acúfeno se produce una combinación del oído enfermo con el trabajo de las neuronas. Jamás escucho algo que no conozca. Cuando no tengo ganas de escuchar la Marcha peronista, pongo esa canción que dice que “me siento pequeño delante de una muñeca que cierra los ojos cuando la acuesto”.