- Mamás y un objeto de deseo: El comercial dedicado a una casa de electrodomésticos ideó una tribu de mamás para Echarri que se dedican a cuidarle cada detalle, mimarlo, custodiarlo, en fusión particular del objeto de deseo de las argentinas (según expande el mito mediático) y el buen hijo, más afines ahora que la frontera entre el deseo y el amor filial parece más débil, más porosa que entonces. Si hasta aquí estaba escindida la asignación de hijos modelo a simpáticos compulsivos como Julián Weich y se reservaban los amantes latinos a galanes como Echarri, los nuevos modelos masculinos parecen abrir más preguntas que certezas sobre los vínculos modernos.

- Mamás como primeras novias: Así imaginó una marca de celulares la relación que se establece entre una madre y su hijo en paseo al aire libre, con reminiscencias al emblemático entre dos enamorados (paisaje bucólico a cielo abierto). “Estos spots –escribió Hugo Salas– señalan que la publicidad es justamente el lugar donde nuestra sociedad escenifica la supeditación de la realización del deseo a los objetos sin tomarse en serio siquiera esa promesa...”.

- Mamá lo dejó por la planta: El aviso del niño despechado trabaja con el grotesco, representando al niño que pesca in fraganti a mamá con la planta como el poseedor de un amor contrariado sin consuelo, potenciado por las referencias a El infiel, por su complicidad con la banda sonora (El amor es así, lo sé, a dúo con Juan Marcelo) y la adaptación de los símbolos del dolor romántico a los hábitos del niño con especial eficacia en la sustitución del vaso de whisky por un copón de leche. ¿El fin de la inocencia?

- Mamá es el amor de mi vida: Así lo daban a entender los chicos del pionero de la ola romántica alternativa entre madres e hijos, un aviso de mayonesa ideado en 2004 por Agulla y Baccetti que los dejaba piropearlas a gusto en agradecimiento por una buena dosis de la mayonesa de sus sueños en recreación algo interesada de un amor ideal.