LITERATURA
Esteban Espósito en el espejo
Aunque no se lo nombre, ¿alguno de los protagonistas de estos cuentos es Esteban Espósito, esa especie de alter ego?
–No, los cuentos que excluí sí eran de él. Veré si se publican más adelante, si son publicables o no.
–¿El de El tiempo de Milena no es Espósito?
–Podría ser un avatar de su juventud. Pero Espósito pertenece a lo que fue mi mundo real: a él le pasan cosas extrañas porque es alcohólico. Este es un cuento literalmente fantástico: un hombre que va creciendo mientras se encuentra, a lo largo de su vida, con una chica que mantiene la misma edad y vive en una semana de los años ’60.
–¿La evolución de ese protagonista respecto de la chica podría responder a su propia evolución?
–Visto así, podría ser la relación de Espósito con la Sirenita a través del tiempo. Pero nunca lo pensé así. Eso puede pertenecer más a cierta coherencia interna de escritor que a un propósito lúcido.
–Y el de La mujer de otro, ¿tampoco es Espósito?
–Podría ser, porque ahí... pero te digo lo mismo, no fue con un propósito lúcido: me lo acabás de revelar. Podría ser Espósito con un final apenas variado, con el narrador en un bar. Porque ése es un cuento realista: un hombre que va a la casa del marido de la que fue su amante, nada más que para conocerlo. Un cuento de celos al revés: en el tradicional, el celoso es el marido. Lo que no se dice es qué pasó con la chica, si se ha muerto o se ha ido. Si el narrador terminara, por ejemplo, en esa misma casa, prendido a una botella de whisky junto al marido de la chica, podría ser tranquilamente Espósito, sí. Tal vez lo único que significa es que yo me parezco un poco, a veces, a mis personajes.
Nota madre
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