Jueves, 18 de enero de 2007 | Hoy
TEATRO › EL FENOMENO DE LA TEMPORADA: ILIANA CALABRO
Por K. M.
Desde Mar del Plata
En plena temporada, productores y estrellas teatrales cruzan dardos tratando de dirimir “quién picó en punta”, “quién se mantiene”, “quién dio la sorpresa”. Igual que en la televisión, todo se dirime en términos de cantidad de espectadores. Y el verdadero fenómeno teatral de la temporada es el que protagoniza Iliana Calabró, un fenómeno televisivo. Junto a su soñador, Ricardito, y los Tinelli boys Waldo y Sebastián Almada, la hija del Contra llena dos funciones diarias de 400 personas con La familia con Iliana hace sonar la campana. No sólo eso: provoca pequeños revuelos de gente que la espera a la salida del teatro, ahora que se corrió la bola de que reparte tiramisú.
Como cualquiera podrá imaginar, toda la obra gira en torno de la actuación de Iliana en el programa de Tinelli. Si hasta aparecen fragmentos del concurso que la popularizó en una pantalla. En el sketch de “Academias Iliana” ella imparte lecciones aprobadas por la tele: “cuanto menos cantás, más vendés y más ganás”, explica, y muestra su CD, que fue Disco de Oro en quince días. Iliana se ríe del ojo que se le pianta, se ríe de su pelea con Sofovich, se ríe cuando dice que a la salida del teatro están a la venta su CD y las remeras con su cara, “A beneficio de la fundación Felices los Rossi”. Y el público se ríe con ella. La escenografía es mínima, el teatro es incómodo, hay sillas plegadizas en lugar de butacas, y no se puede circular porque se agregaron sillas extra en los pasillos. Para colmo, los que están en las últimas filas escuchan los gritos que llegan de la calle. ¿Alguno de los que pagó entre 35 y 45 pesos está desilusionado? “¡Para nada!”, dice Mirta Lengue, de Capital, mientras se dispone a esperar la salida de Iliana, porque quiere darle un beso. “Ella es así, todo lo que cuenta es verdad, y a mí me compró en lo de Tinelli.” Mirta también está contenta porque su marido se ganó una estufa eléctrica por subir al escenario. “Eso sí, en la vida real nada que ver: la otra vez la vi en un restaurant y a cara lavada es una mujer hermosa, súper fina.” El show terminó hace rato, como corresponde, con todo el elenco cantando “Libre”, de Nino Bravo. El marido de Mirta ya partió al restaurant y ella espera, estoica, la salida de Iliana, igual que muchos otros. Al fin llega Iliana, sin tiramisú, pero bien dispuesta para el beso, la foto y el autógrafo. “Gracias por todo, gracias por hacerme tan feliz”, grita, esta vez sin el cocoliche impostado. Y por un instante la felicidad es en vivo y en directo.
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