En estos días asumirá la presidencia de Argentores. ¿Cómo piensa enfocar su trabajo en la entidad?

–Creo que es necesario resignificar al autor como a un escritor, para lo cual hay que volver al libro, a las publicaciones. Creo que el premio Argentores –que considera la labor autoral tanto en cine y teatro, como en radio y televisión– debería otorgarse a partir del texto como hecho literario y no juzgarse a través de su puesta. Estoy muy preocupado por el rol de autor, porque está perdiendo identidad y presencia. En teatro es donde menos se constata este síntoma. Pero en televisión, el autor fue reemplazado por un equipo cuyos nombres no trascienden. Y los productores asumen un rol autoral que no les corresponde cuando anuncian “esto es una idea de Fulano”. En el cine también los guionistas van desapareciendo y los directores desarrollan una idea con el apoyo profesional de un guionista. Entonces, me parece que Argentores tiene que resignificar al autor y no sólo por un motivo de orgullo y prestigio, sino también por sus derechos, porque también ésta es una lucha de carácter gremial.