La pareja protagónica de Patito feo está compuesta por dos chicas, opuestas y complementarias en esta trama de guerra entre lindas y feas, matizada por canciones como en una comedia musical televisada. Ellas son Laura Esquivel, la Patito de aparatos, gafas y look importado de Betty, la fea, confidente de los varones y rechazada por las más deseadas a la que se adivina convertida en una bomba en poco tiempo. Su adversaria es Brenda Asnicar, la líder de las divinas, que les canta abiertamente en contra a las populares marginadas, y que muy pronto se hizo poseedora de un estatuto estelar que le entrega todo el valor aspiracional como discriminadora.

La de Casi ángeles está integrada por la mujer de los ojos más grandes de la pantalla chica, Emilia

Attías, y el ex Pol-ka Nicolás Vázquez, que recrean otro cuento de hadas de la usina Cris Morena, por ahora no favorecido por la audiencia en la batalla con Patito feo. Los dos son la esperanza de redención para un grupo de púberes y adolescentes explotados, en un mix hecho de canciones y situaciones de romance. Mezcla de protagónico femenino absoluto como en Floricienta con colectivos de niños sufrientes como en Chiquititas, Casi ángeles es el producto más alejado en intenciones y resultados de un correlato con una adolescencia encarnada.

La pareja de Romeo y Julieta debería estar inspirada en el original shakespeareano que prevé “dos familias enfrentadas de idéntico linaje”, pero cada día su magro rating que suele clavarse en los tres puntos lleva su trama al territorio del romance consumado entre alumnos de un colegio llamado “Stars”, a solos musicales dedicados a consagrar estrellas juveniles. La componen Elías Viñoles, un ex chico Sos mi vida que se destacó como amante joven del personaje de Mónica Ayos, y Brenda Gandini, modelo e hija de Daniela Cardone, que a los 22 años asume que “los objetos de deseo de los de doce para abajo parecen estar cambiando notoriamente: les gusta Luciana Salazar o yo misma”.