Se imaginaba una breve gira europea a tono con la tercera convocatoria sucesiva para ser jurado de la Competencia Oficial de San Sebastián –que este año sí aceptó–, pero será una experiencia de tocar e irse, maratón de películas en continuado sin margen para el turismo cultural, ya que la participación en Mujeres de nadie –que estaba prevista hasta septiembre– podría extenderse hasta fin de año, debido al buen rating que rompió una histórica mala performance de las tardes de Canal 13. Sus recuerdos de la ciudad española no podrían ser más auspiciosos, y le llegan de su participación con Roma que –a pesar de volverse sin estatuillas– tuvo buenos resultados de convocatoria y de crítica.

“Voy a ser jurado de honor en San Sebastián. Desde que fui acompañando a Roma (dirigida por Adolfo Aristarain), me lo pidieron. No ganó, y muchos lo atribuían a la decisión de Mario Vargas Llosa, que estaba en el jurado. El público no podía entender cómo esa vieja que estaba ahí era yo. Y luego nunca pude volver. Voy a trabajar; exclusivamente a ver películas. Creí que iba a poder tener un tiempo más, pero la novela está en un momento en que le está yendo tan bien que es un lujo. Las mujeres piden que lo pongan a la noche. Si supieran que eso es imposible”, sigue Susú Pecoraro, consciente de que son tiempos de vacas flacas para la ficción en la TV, y que no quiere abandonar el barco antes de tiempo.