Luego de la muerte del sitio on line de intercambio Proyecto Venus, muchos artistas no sabían dónde volver a encontrarse, ¡qué hacer! Fundacion Start donó la interfase a “proyecto M” de La Matanza (http://www.proyecto-m.org.ar) para redes populares y ese camino ya estaba cumplido. La revista Ramona cambia de editores y pasa de ser el mejor newsletter sobre inauguraciones a un blog de múltiples autores. Comienza a crecer el descreimiento de la juventud hacia las grandes galerías de arte y museos que suelen invitar a exponer casi siempre a los mismos artistas consagrados, y nacen las galerías alternativas más barriales de la periferia de Recoleta, que se dedicaron a captar el arte joven con convocatorias temáticas y tomando en cuenta específicamente las relaciones del arte y las tecnologías de redes.

La curiosidad que generó poder usar Internet para crear o exponer obra usando la facilidad que existe en Argentina para usar cybercafés o locutorios con Internet, hacerse cuentas de mails y –mediante Wikipedia– aprender cómo manejar sitios de relaciones fueron de a poco esparciendo las caóticas esporas trash del arte repleta de subgrupos con modas estéticas que van absorbiendo modales de diferentes partes del mundo. Fecalface, Ping Mag, Cobrasnake, Justice videos, Designboom, Saatchi-gallery, E-flux, mundillos de identificación y exposición, registraron sus trabajos en espacios donde el intercambio es constante, algunos on line abiertos a todo público y otros más cerrados, como foros o páginas de invitación acotada con contraseña. Esta generación de artistas anónimos y grupales del 2000, acostumbrados al chat, al nickname, cámara web y a mantener varios discursos al mismo tiempo mientras hacen sus composiciones, no sólo representan su entorno web, pintando y escribiendo sobre él, sino que también al no haber barreras físicas se mezclan con otros entornos sociales de clase y costumbres, donde el original pasa a ser una señalización de salida para seguir modificando. Estas relaciones son vividas físicamente como encuentros cercanos en eventos publicados en sus mismos espacios y van desde inauguraciones de muestras en casas de familia y fiestas de culto hasta encuentros de venta de objetos usados o fiestas de multitud autoconvocada llamadas flashmobs. Los espacios conceptualizados por artistas son tomados como una herramienta para representar lo que sucede, aunque no pase nada más que una velocidad sin pausa. Velocidad que no se sabe bien si algún día se detendrá y que ataca como una boa constrictor a los fotologgers. Aunque ellos saben mejor que nadie cómo deconstruir boas.

* Crítica de arte. Su blog es Dioramas.blogspot.com