El Museo del Dibujo y la Ilustración nació casi por accidente. “Después de hacer una exposición sobre la revista Caras y Caretas se nos ocurrió la idea de seguir haciendo muestras”, cuenta Hugo Maradei, uno de los fundadores. “Se nos convirtió casi en una manía y ya hicimos veinte en tres o cuatro años”, cuenta risueño. Sus exposiciones ya llegaron a espacios importantes de la cultura nacional. Además del Museo Sivori (donde ya hicieron cinco exposiciones), las muestras estuvieron albergadas en la Biblioteca Nacional y todos los años tienen su lugar en la Feria del Libro. Cada exposición realizada sigue armada, para poder seguir viaje al interior del país. “El interior está muy desprotegido en materia cultural”, se lamenta Maradei para explicar el rasgo itinerante del museo.

En su patrimonio, este particular espacio tiene alrededor de 6000 obras de historieta, ilustración, humor y plástica, ya que su catálogo excede la simple gráfica. Maradei cuenta orgulloso que tienen obras de artistas argentinos históricos de todos los niveles, como Spilimbergo, Berni o Soldi, aunque reconoce no tener tanto material de los contemporáneos.

Como museo, su misión es simple: dar a conocer los mejores momentos de la historieta argentina que, según explican, “son más apreciados en el exterior que en la propia Argentina”.

Su próximo proyecto es un viaje a Francia, a una importante convención de historieta donde se montará una muestra homenaje a la historieta argentina organizada por el artista José Muñoz, radicado en Europa hace tres décadas y ganador de un importante premio que, además de euros, le dio la oportunidad de organizar este año una muestra de su elección. También es la idea del museo que esta muestra quede como itinerante, para que recorra Europa.