Cuando se le pregunta al actor si piensa repetir su experiencia política, la respuesta es no: “Tuve ataques de pánico. No es fácil sobrevivir ahí adentro. El clima se enrarece y uno no sabe exactamente cómo suceden los hechos. Todavía me pregunto cómo, de la noche a la mañana, Buenos Aires pasó del superávit al déficit.”

–¿No lo entiende?

–Bueno, sí, desde adentro se entiende cómo funciona un gobierno, pero no cómo funciona el poder.

–Las estructuras no son las mismas, pero están conectadas...

–Sí, hay una ley para el Grupo Roggio, otra para Techint, y así para cada grupo, para cada ministro... Leyes adecuadas a los poderosos y pocas o ninguna para los demás.

–¿Se limitó a trabajar en el campo de la cultura?

–De la cultura en general y en otros asuntos, como la recuperación de los espacios verdes y el tema de la representación dentro del entramado político y económico.

–¿Tuvo experiencia política anterior?

–Muy marginal, de buenos oficios, nunca institucional, como ésta.

–¿Con el Bloque del Sur?

–Originalmente con Luis Zamora, los primeros nueve meses, después se produjo el desmembramiento. Nos peleamos. Mi separación fue en términos muy duros. Estuvimos cerca de tres años solos, Sergio Molina y yo, y con Daniel Betti también en la primera etapa, trabajando.