Sáb 02.02.2002
futuro

donde se plantea un problema referido a las serpientes de cascabel, y un nuevo enigma.

Por Leonardo Moledo

–¡Estimado Kuhn! –dijo el Comisario Inspector– ¡Estimado Kuhn! Parece que volvemos a empezar.
–Uno tiene su fama –dijo Kuhn, encantado–. Me encanta recibir cartas. Y por cierto, las edades de Carlos y Enrique han quedado develadas. Lo que no ha quedado develado, al menos para mí, es por qué aparece una víbora en la ilustración.
–Asociación de ideas –dijo el Comisario Inspector–, simples asociaciones de ideas, sobre las cuales quería hacer un comentario. El otro día, mirando al azar Discovery Channel...
–Nunca pensé que la policía se dedicara al Discovery Channel –dijo Kuhn–, salvo por la serie “Detectives médicos”.
–Una excelente serie –dijo el Comisario Inspector– verdaderamente estupenda. Pero en este caso, se trataba de un documental sobre serpientes de cascabel. La historia es así: la serpiente de cascabel quiere seguir el rastro de las ratas de campo...
–Supongo que no por razones médicas.
–Desde ya que no.
–Ni policiales.
–No sé cómo interpretar esto –dijo el Comisario Inspector–, así que lo dejo flotando. Ahora bien. El rastro olfativo de las ratas de campo forma una especie de mapa, que registra todas las trayectorias que sigue una rata en busca de comida, con puntos troncales que se van abriendo como los dedos de una mano. ¿Y qué es lo que hace la serpiente de cascabel? Digamos que seguir todos los caminos le da una chance muy baja de pescar a su presa, y entonces, ¿dónde espera? Espera donde todos los caminos convergen. Es decir, en el punto más probable, y por donde seguro la rata de campo, que es un animal de hábitos rutinarios, va a pasar.
–Bueno, ¿y? –preguntó Kuhn.
–La pregunta es la siguiente: ¿Cómo llegó la serpiente de cascabel, o esa serpiente de cascabel en particular a la conclusión de que era el mejor punto de caza? ¿Razonó?
–Es mucho decir –dijo Kuhn–, ya sea para una serpiente de cascabel o para un policía. Lo más cómodo es atribuirlo a la costumbre. Pero no entiendo hacia dónde va el razonamiento.
–No me sorprende –dijo el Comisario Inspector–. No me sorprende en absoluto. Naturalmente, lo más fácil es atribuirlo a la costumbre, y darle una explicación puramente evolutiva, que sería más o menos así: las serpientes esperaban a su presa en cualquier lugar del mapa de rastros, y la selección natural favoreció a aquellas que esperaban en el lugar óptimo. Lo cual, desde ya, plantea el problema de cómo puede transmitirse genéticamente una conducta tan elaborada.
–Bueno –dijo Kuhn– hay conductas elaboradas (como el reflejo de succión en los mamíferos) que no pueden transmitirse más que genéticamente.
–No me suena en este caso –dijo el Comisario Inspector–. Pero aun así, aun si es un resultado de la selección natural, la selección natural produjo algo muy parecido a un pensamiento, o a una deducción: éste es el punto más probable, por el que pasan todas las ratas, y por lo tanto espero aquí.
–Suena demasiado a documental televisivo –dijo Kuhn– tal vez sea simplemente una conducta del tipo estímulo-respuesta: en el punto por el que pasan todas las ratas el rastro es más fuerte, y por lo tanto seespera ahí. Me inclino en parte por esa explicación, aunque barrunto, ahora, la intención general de lo que se ha dicho. Pero ha llegado el momento de interrumpir esta discusión y proponer un enigma.
–Seguiremos discutiéndolo –dijo el Comisario Inspector–, yo, muchas veces pienso que una de las claves para entender lo que es el pensamiento está en los animales.
–¿Y el enigma? –dijo Kuhn–.
–Es éste: si ordenáramos los infinitos números enteros positivos en castellano por orden alfabético, ¿cuál sería el primero?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuál sería el primero? ¿Y la serpiente de cascabel, piensa, o es una simple reacción de estímulo-respuesta como cree Kuhn?
Enigma

Correo de lectores

Estimado Kuhn:
El problema se resuelva a través de dos ecuaciones. El primer dato es bastante fácil de interpretar, sean A y B las edades de Carlos y Enrique respectivamente, podemos decir entonces que A + B = 91. La resolución del enigma se centra en la interpretación del segundo dato, cuando enuncia que “Carlos es ahora dos veces más viejo que Enrique cuando Carlos tenía la misma edad que ahora tiene Enrique”. Por lo tanto se puede decir que A=2 (B - X). X es una cierta cantidad de años, ya que esta igualdad de edades se daba cuando Enrique era más joven. Pero como Carlos tenía la misma edad que Enrique tiene ahora, podemos decir que X= A - B.
Por lo tanto quedan dos ecuaciones:
A + B = 91
A=2 (2B - A)
Haciendo un poco de cuentas se puede despejar que Carlos tiene 52 años y Enrique 39.
Los saludo esperando muchos más enigmas por delante.
Sebastián Gutman

Respuesta heterodoxa
Gente de Futuro
No creo haber realizado “correctamente” la respuesta del enigma de Carlos y Enrique, pero igual llegué al resultado, creo. Esta vez, tratándose de un problema matemático, quizás el fin justificó los medios, pues sólo soy una estudiante de 15 años.
El enigma puede reducirse al siguiente (enunciado): “Cuando Carlos tenía la edad de Enrique, Enrique tenía la mitad de la edad actual de Carlos”. Por lo tanto, si respetamos la diferencia o resta entre las edades de Carlos y Enrique a la edad de Enrique, obtendremos la mitad de la edad actual de Carlos, que es el mayor.
Así, C-E= x (diferencia); E-x=y; y por 2= C
Los resultados, al ir probando números, fueron que Carlos tiene 52 años y Enrique tiene 39.
52-39=13; 39-13=26; 26 por 2= 52
Sofía E. Auné


Una noticia luminosa
Amigos de Futuro:
Me resultó muy interesante la nota “El cielo perdido” (del 26 de enero), y quiero transmitirles una buena noticia. En la localidad de San Marcos Sierras, provincia de Córdoba, a fines del año pasado el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad una resolución para evitar la polución lumínica. Actualmente trabajan en la reglamentación técnica de ésta. Es posible que tal reglamentación se amplíe a toda la provincia de Córdoba,en cuanto los políticos se convenzan de la utilidad de la ciencia y la tecnología.
Saludos
Omar Juan Montenegro

Alerta Máxima
Estimados Futuros:
Altamente impresionado por el artículo “El cielo perdido” de Mariano Ribas sobre la contaminación luminosa, tuve la mala o buena fortuna de leer luego –en la misma edición de Futuro— “El factor humano” de Alicia Rivera que me terminó de golpear, estando ya caído en el suelo.
¿Cómo expresar el impacto recibido? Imaginé entonces, ante la importancia de las noticias escritas, una primera plana de un diario hipotéticamente amarillista pero de género ecológico con temas ambientales.
Sería así. Con la fotografía de la Vía láctea (sobrecogedora imagen) aparecida en el primer artículo en tres cuartos de página y sobreimpreso en letras blancas en la parte inferior negra “EL FIN DE LA VIA LACTEA”. (Imagínenlo en primera plana del diario.) En letras más pequeñas: “El cielo ya no podrá verse de noche. No habrá más que algunas estrellas pálidas titilando. Las dos mil o tres mil por noche que antes se veían serán una experiencia para ver sólo en fotografías del pasado”. (...)
Agrego: imagínense si esto lo retransmitieran las estaciones de radio y
televisión a la manera de una catástrofe mundial (como fue la emisión del
desastre de las Torres Gemelas) parodiando la invasión extraterrestre
recreada por Orson Welles décadas atrás. (...)
Felicitaciones por la divulgación formativa y gracias.
Carlos P. López Cepero

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