Sábado, 3 de diciembre de 2005 | Hoy
ENERGíAS ALTERNATIVAS: NUEVO PARQUE EóLICO EN SANTA CRUZ
Por Esteban Magnani
Hay temas que se vuelven controvertidos simplemente porque se enfrentan dos miradas totalmente distintas sobre un mismo objeto. Eso es lo que ocurre con la energía eólica (básicamente electricidad generada con molinos de viento), una fuente de recursos renovable atractiva a quienes tienen una mirada ecológica de las cosas, pero con una mala relación costo-beneficio que espanta a quienes buscan bajar costos. Sin embargo, la realidad ha venido cerrando esa brecha gracias a que la tecnología ha mejorado, el petróleo sube de precio incansablemente y el cambio climático empieza a hacerse sentir.
La energía eléctrica es básicamente el resultado de hacer pasar algún combustible por una máquina que (simplificando un poco, claro) genera electricidad. Los combustibles comúnmente usados son el petróleo, el gas, el agua, la energía nuclear o una mezcla de varias. También se utiliza la energía solar que aún resulta muy cara de “atrapar” y, por supuesto, el aire, que todavía es libre. El aire en movimiento, tal como un motor de combustión o una caída de agua, puede hacer girar las aspas de un molino y mover la turbina que producirá la electricidad. Como combustible, el aire es mucho más barato y, por supuesto, más limpio; aunque tiene otros problemas, como su irregularidad (no se puede “subir el volumen” de viento durante las noches, cuando más se consume electricidad), cuando se torna violento destruye cualquier aparato y es una fuente que sólo rinde en lugares muy ventosos.
En realidad, que la energía eólica sea más cara que la producida con hidrocarburos o agua no es tan grave. De hecho, todo nuevo producto pasa por una etapa en la que es ineficiente: justamente uno de los argumentos de los grupos ecologistas es que si se hubiera invertido en energía eólica la mitad del dinero que se invirtió en la atómica (motivado, sobre todo por la necesidad de hacer la bomba), hace tiempo que el viento y el sol serían fuentes eficientes de energía.
Según Tulio Calderón, gerente de Nuevos Negocios de Invap, una empresa del Estado que desarrolla molinos de viento, “la energía eólica hoy es más cara en cualquier lugar del mundo que la generada por otras fuentes. Pero esta situación va a cambiar por el aumento del precio del barril de petróleo”.
Por eso, según varios informes internacionales, la energía eólica ya ha dejado de ser una simple curiosidad científica para transformarse en una fuente de energía al borde de la “eficiencia económica”. Los “verdes” argumentan que si, además, se tiene en cuenta la variable ecológica, el balance es fuertemente en favor de la energía eólica. Pero, por el momento los consumidores en su inmensa mayoría piensan más en el bolsillo que en la supervivencia del planeta y la descendencia propia.
Justamente Invap, uno de los blancos de los ecologistas locales por su venta de un controvertido reactor nuclear a Australia, ha desarrollado generadores eólicos adaptados especialmente a las condiciones ambientales de la Patagonia. Sus generadores de 4,5 kw rinden en esta región, gracias a sus vientos constantes, mucho más que en otros lugares del mundo. Recientemente Invap firmó un convenio con la provincia de Santa Cruz para construir antes de 2008 una granja eólica que contará con 4 generadores de 1,5 MW, actualmente en desarrollo. De esta manera se aumentaría la potencia eólica del país en casi un 22 por ciento y se haría pie en un mercado local cerrado a insumos cotizados en euros. Si todo sale bien habrá una segunda fase, más ambiciosa, que plantea ampliar a 50 MW más la granja eólica.
“En la Argentina, con precios de energía retrasados, tenemos una ventana de oportunidad para desarrollar una industria propia. Nuestro punto es que el subsidio argentino debe pagar puestos de trabajo argentinos”, explica Tulio Calderón, gerente de Nuevos Negocios de Invap. “Además, la Patagonia permitiría rendimientos de generación de energía que difícilmente se logren en otros lugares del mundo, aproximadamente el doble del promedio de los molinos europeos, y contamos con la existencia de miles de kilómetros cuadrados de tierras muy aptas para este uso, sin tener que recurrir a instalaciones off-shore como en Alemania y Dinamarca.” De esta manera la Patagonia tiene la posibilidad de transformarse en un generador a gran escala, un Medio Oriente eólico.
En la Argentina actualmente se consumen más de 90.000 GWh por año de electricidad, de la cual menos del 0,1 por ciento es eólica. Para colmo el consumo total se cuadruplicó en los últimos 30 años, por lo que soñar con un futuro cercano en el que el viento reemplace a otras fuentes más contaminantes es algo utópico. Aun así, en Invap creen que es técnicamente factible un escenario optimista donde cerca del 20 por ciento de la potencia eléctrica nueva que se instale en los próximos años sea eólica. Será cuestión de, si se permite la obviedad, rogar para que a estas palabras no se las lleve el viento.
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