Sábado, 24 de febrero de 2007 | Hoy
ASTRONOMIA: EL SABADO QUE VIENE HABRA ECLIPSE TOTAL DE LUNA
Por Mariano Ribas
Ya nada puede evitarlo: en estos días, la Luna está marchando derechito hacia el cono de sombra que la Tierra proyecta hacia el espacio. Viaja a 3600 km/hora, y justo el sábado 3 de marzo a la tarde se sumergirá de lleno en esa enorme trampa de oscuridad. Y entonces, durante unos hipnóticos 74 minutos, quedará convertida en un pálido fantasma circular de color rojizo-anaranjado. Sí: dentro de siete días habrá eclipse total de Luna. Un espectacular show astronómico que no ocurría desde el 27 de octubre de 2004. Hace 28 meses.
Los eclipses lunares se hacen rogar. Y mirando un poco la geometría del asunto, se entiende bien por qué: por empezar, la órbita de la Luna está un poco inclinada con respecto a la terrestre (casi 5°). Por lo tanto, en cada una de sus vueltas alrededor de la Tierra, nuestro satélite suele pasar por “debajo” o por “arriba” de su cono de sombra. Y nada raro pasa: la Luna sigue recibiendo la luz del Sol sin problemas. Sí, suele, porque muy de tanto en tanto, las piezas quedan colocadas de tal modo que la Luna sí cae dentro del cono de sombra terrestre. O lo que es lo mismo, el Sol, la Tierra y la Luna (en ese orden) forman una línea recta en el espacio. Y hay eclipse total de Luna (a veces, esa alineación no es tan exacta, y entonces tenemos un “eclipse parcial”).
Eso por un lado. Pero resulta que, además, para ver semejante fenómeno, hay que estar en el lugar correcto. Es decir, en la mitad de la Tierra que, durante el fenómeno, está mirando hacia el satélite. Y bien, durante la noche del sábado próximo la Argentina estará en el lugar correcto y en el momento correcto.
Bueno, en el momento casi correcto, porque a decir verdad, y debido a nuestra posición geográfica, esta vez nos perderemos el comienzo del eclipse. Pero sólo eso. Veamos: en realidad, el fenómeno comenzará a las 18.30. Pero, por ejemplo, en Buenos Aires y alrededores, la Luna recién asomará por el horizonte del Este a las 19.25. Y ya eclipsada en un 75% por la redondeada sombra de la Tierra. Nada grave, porque lo mejor vendrá a continuación.
Con el correr de los minutos, la Luna irá ganando altura en el cielo, cada vez más eclipsada. Será una metamorfosis lenta e imparable. Un drama astronómico que, a lo largo de milenios, distintas culturas interpretaron como la huida, la desaparición, y hasta la misma muerte de la Luna. Un drama que alcanzará su clímax a partir de las 19.44, cuando el satélite quedará enteramente en las sombras. Habrá comenzado la famosa “totalidad” del eclipse. Durará exactamente 74 minutos, finalizando a las 20.58. Y aquí hace falta un párrafo aparte...
Contra toda lógica, durante la “totalidad” la Luna no desaparece del cielo. En lugar de eso, queda convertida en un disco muy tenue y de un extrañísimo color. Algo parecido a un “té” no muy cargado. Y hasta con algún que otro tono ligeramente verdoso, y hasta plateado. Pero ¿por qué se la ve a pesar de todo? Hay una explicación: nuestra atmósfera desvía (o técnicamente, “refracta”) algo de luz solar que recibe la Tierra hacia adentro de su cono de sombra. Y ese poquito de luz tiñe a la Luna de esos colores (que son, justamente, las longitudes de onda refractadas), salvándola de la oscuridad total. Colores raros, por cierto, que ni siquiera son siempre exactamente los mismos de un eclipse a otro. A veces, se la ve naranja brillante; otras, naranja más oscuro, e incluso, roja. Y en muy raras oportunidades, de un marrón tan apagado, que casi la borra del cielo. Esas variaciones no son arbitrarias, sino que dependen, justamente, del estado de nuestra atmósfera: cuanto más limpia esté, más anaranjada se verá la Luna durante un eclipse. Y cuanto más cargada de polvo (generalmente de origen volcánico), más oscura y amarronada. ¿Qué color tendrá la semana próxima? Nadie lo sabe y eso le agrega más dramatismo al asunto.
La “totalidad” del eclipse de Luna se verá en todo el país, mas allá de algunas diferencias de posición en el cielo, provocadas por las variaciones de latitud y longitud. Y como vimos, finalizará puntualmente a las 20.58. Inmediatamente después comenzará la parte final del eclipse: la retirada de la Luna del cono de sombra. Minuto a minuto, ese disco pálido y colorido irá recuperando su tradicional e intensa luz blanca. Será una manera verdaderamente espectacular de ver su movimiento orbital alrededor de la Tierra “en tiempo real”. Toda una experiencia aparte. A las 22.12 todo habrá finalizado: la Luna, ya completamente a salvo de la oscuridad, lucirá blanca y radiante.
¿Y el próximo eclipse de Luna? Afortunadamente, esta vez no habrá que esperar 28 meses: nuestro satélite volverá a caer en nuestra trampa de sombra durante la madrugada del próximo 28 de agosto. Exactamente, a partir de las 4.52. Y en esa oportunidad, en vez de perdernos el comienzo, nos quedaremos sin ver el final. Pero no hay nada de que quejarse, porque volveremos a ver otra “totalidad”. Otra Luna naranja (o del color que nos toque). La segunda en un año. Y qué año: en enero arrancamos con el impresionante cometa McNaught, el más brillante desde 1965. Ahora, eclipse total de Luna. En agosto, otro. Y por si fuera poco, en septiembre nos toca un gran eclipse parcial de Sol. A no dudarlo: astronómicamente hablando, 2007 será inolvidable.
El Planetario de la Ciudad de Buenos Aires instalará varios telescopios al aire libre para observar este inminente eclipse total de Luna. El evento es público y gratuito. La cita es el sábado 3 de marzo a las 19, junto al Planetario: Av. Sarmiento y Av. Figueroa Alcorta (bosques de Palermo). Se suspende si está nublado.
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