Sábado, 2 de febrero de 2008 | Hoy
UN NOTABLE ESPECTáCULO ASTRONOMICO, EL LUNES A LA MADRUGADA
La historia del cine y la literatura está plagada de tríos amorosos. Doña Flor y sus dos maridos, La insoportable levedad del ser, y tantas otras producciones han inspirado el amor –y también el desamor– de hombres y mujeres. Pero el romance del fin de semana estará en el cielo. La Luna, Venus y Júpiter protagonizarán un encuentro astronómico que se las trae.
Por Mariano Ribas
El cielo nos está preparando algo realmente bueno. En estos últimos días, dos “luceros” aparecen colgados, y muy juntos, en el cielo de la alta madrugada, poco antes de la salida del Sol. Son Venus y Júpiter. La vista resulta de lo más llamativa y, de hecho, ha sorprendido a más de uno.
No es habitual, por cierto, que el segundo y el tercer astro más brillantes del cielo nocturno se den tan apretada cita. Pero mucho menos habitual, y a la vez mucho más impactante visualmente, es que se les sume el primer astro de la noche: la Luna.
Y eso está a punto de pasar. ¿Cuándo? El lunes, poco antes del amanecer, los dos planetas serán los escoltas de lujo de una muy fina Luna menguante. Juntos formarán un luminoso “triángulo”, compacto e hipnótico, en el profundamente azul cielo del crepúsculo.
Por sí solos, la Luna, Venus y Júpiter ya saben cómo llamar la atención. En ese orden, forman el Top 3 del cielo nocturno. Y ni hablar de cuando, por esas cuestiones de los movimientos y las perspectivas, parecen juntarse.
Apenas ayer, los dos planetas protagonizaron su más notable conjunción en años, apareciendo casi “pegados” en el cielo del amanecer (separados por sólo 0,6 grado). Y esta misma madrugada –y como resultado de sus movimientos orbitales– cambiaron ligeramente de posición.
Mientras tanto, la Luna, siguiendo su derrotero en torno de la Tierra, se les ha venido arrimando, lenta pero segura. Y mañana domingo, bien tempranito, podremos verla por encima del dúo de luceros.
Hacia las 6.00 hs, el trío formará una llamativa caravana a baja altura sobre el horizonte del Sudeste: la Luna arriba, y bastante más abajo, unos muy apretados Júpiter y Venus, separados por sólo 2 grados (algo más que el ancho de un pulgar estirado hacia el cielo).
No estará nada mal: valdrá la pena salir a mirar. Y, sin embargo, lo de mañana será apenas el aperitivo de lo que vendrá al día siguiente.
La gran diferencia entre la madrugada del domingo y la del lunes será el dramático cambio de posición de la Luna (porque Venus y Júpiter apenas abrirán un poco la brecha de cielo que los separa). Con ese gran “salto” celeste –de unos 12 grados– nuestro satélite quedará al lado de los dos planetas. Y bien, todo comenzará hacia las 5.00 hs del lunes (aún en noche cerrada), cuando los tres irán asomando lentamente por el horizonte del Este-Sudeste. Minuto a minuto –y gracias a la rotación terrestre– el trío irá trepando en el cielo. Y así llegaremos a la “hora señalada”: hacia las 6.15 hs comenzarán a insinuarse las primeras luces del día. Y el cielo tomará ese típico color azul profundo. Un inmejorable telón de fondo para un igualmente inmejorable “triángulo” astronómico: una finísima Luna (iluminada en un 8%), y a su izquierda, Júpiter (arriba) y Venus (abajo). Tan juntos, que para taparlos alcanzará el puño de un niño estirado hacia el cielo. Hace casi 10 años que los tres astros más brillantes de la noche no arman una puesta en escena tan compacta y llamativa. Será pura belleza para disfrutar a simple vista, en toda la Argentina (en realidad, el fenómeno se verá en casi todo el mundo, pero nuestro hemisferio está más favorecido para verlo). De todos modos, si tiene un binocular a mano, úselo. Y después nos cuenta.
Suele pasar: estos cuadros celestes nos generan un inevitable efecto hipnótico. Cuesta dejar de mirar al cielo. Pero para disfrutarlos aún más, vale la pena salir del hechizo por un momento e imaginarse la situación en perspectiva espacial. O sea: saber por qué las cosas se ven como se ven. En realidad, el impactante triángulo Luna-Venus-Júpiter no será más –ni menos– que un simple juego de perspectiva: en la madrugada del lunes, los tres estarán más o menos en una misma línea visual, mirando desde la Tierra. Pero a profundidades muy distintas en el espacio: la Luna, aquí nomás, a 392 mil kilómetros. Venus, unas 500 veces más “atrás” que nuestra compañera, a unos 200 millones de kilómetros. Y Júpiter, mucho, mucho más lejos, a 900 millones de kilómetros. Casi cinco veces más allá de Venus, y 2300 veces más lejos que la Luna. Números para paladear de cara al cielo.
La invitación está hecha: mañana, el aperitivo. Y el lunes, bien tempranito, salga al encuentro de una de las vistas celestes más impactantes de los últimos años. Y de los que vendrán. Agréguele a su desayuno una buena dosis de asombro, vértigo y belleza. Astronomía, que le dicen.
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