› Por Nicolas Olszevicki
ESPACIOS de crítica y producción (Nº 39) Secretaría de publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) 144 págs.
No toda publicación académica debe ser necesariamente academicista o academizante. O, dicho de otra manera, no toda publicación realizada por especialistas debe estar concebida únicamente para especialistas. Tal es el basamento sobre el que se sostiene ESPACIOS, la revista trimestral de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
El último número, si bien está dedicado específicamente a artículos de artes, filosofía y ciencias antropológicas (cuyo reciente aniversario de medio siglo amerita el dossier que cierra la revista), no deja de hablar al mismo tiempo de cine o de poesía: las carreras humanísticas parecen tener una necesidad constitutiva de interdisciplinariedad. Willie Méndez, licenciado en Letras, hace una breve historia de la teoría cinematográfica desde los hermanos Lumière hasta Leonardo Favio, reponiendo las posturas de los diferentes directores en torno de la importancia de los elementos formales en el cine; Lucas Soares, profesor de filosofía, demuestra cómo la lectura de poesía ilumina la lectura filosófica (y viceversa) en un artículo que relaciona al omnipresente Platón con el poeta argentino Zelarrayán.
Es imperdible la nota de Pablo Pineau sobre Louis Althusser, uno de los filósofos más importantes del siglo pasado.Mucho más que una publicación puramente académica, ESPACIOS ofrece, en cada número, un interesante panorama de la producción de uno de los sectores más importantes del campo intelectual argentino.
SOCRATES: el enigma de enseñar Walter Omar Kohan Editorial Biblos. 131 págs.
Sócrates (que engendró a Platón, que engendró a Aristóteles, que engendraron en sus discusiones toda o casi toda la filosofía occidental) es el personaje central de esa especie de edén intelectual que fue la polis de la época de Pericles. Un personaje que no se limitó a pensar sobre ética, moral, metafísica, lingüística sino que prodigó la enseñanza a través del diálogo. Sócrates vivía en el diálogo, como Macedonio Fernández, como Klimovsky. Tal vez por eso nunca llegó a escribir nada, para vergüenza y escarnio de un ex presidente de la Nación. Su figura fundante es retomada tanto por los filósofos que lo sucedieron como por la pedagogía.
Tal es la idea que guía la obra de Walter Kohan, filósofo argentino con cátedra en la Universidad de Río de Janeiro: Sócrates: el enigma de enseñar no es un trabajo de reconstrucción historiográfica sino una problematización de las relecturas de Sócrates que se realizaron desde la filosofía moderna y contemporánea. El libro, dividido en dos partes, se desliza desde quienes lo defendieron (Kierkegaard con su Sócrates ironista, Foucault con su Sócrates que pregona el cuidado de uno mismo como condición para filosofar) hasta sus críticos más fervorosos (Nietzsche, por supuesto, con su antirracionalismo antisocrático y Jacques Rancière, que lee en Sócrates el surgimiento del pensamiento antidemocrático).
¿Cuál es, después de todo, el Sócrates verdadero? ¿Qué puede enseñarles a quienes enseñan filosofía? ¿Es posible, en definitiva, enseñar a aprender y enseñar a pensar? Esta última pregunta ya está esbozada en el diálogo platónico Menón, en el que Sócrates, cuándo no, es protagonista. Tal es el hechizo y la paradoja socrática: los inconvenientes que pueden detectarse en su pensamiento ya fueron planteados por él mismo. La vuelta a Sócrates se convierte, entonces, casi en una obligación.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux