LA MILENARIA MIGRACION DEL HOMO SAPIENS
› Por Martin Cagliani
Hace 200 mil años hablar de humanos implicaría englobar a varias especies diferentes, y justamente la nuestra era la más nueva, una recién llegada. Los restos fósiles más antiguos de Homo sapiens datan de 195 mil años, y fueron descubiertos en una pequeña localidad de Kenia, Africa, en el valle del río Omo.
Allí, en ese estrecho valle del este de Africa, comenzó la aventura de nuestra especie, una especie que se fue caracterizando cada vez más por lo rápido que se adaptaba a los cambios en el clima, y cómo los aprovechaba. Estos cambios climáticos del pasado le dieron rumbo a la ruta migratoria que llevó al Homo sapiens desde Africa al resto de los continentes. Comprender e identificar ese paleoclima es entender cómo y por qué hoy poblamos el mundo entero.
¿Cómo podemos reconstruir estos eventos climáticos del pasado? Para retroceder tan atrás como 200 mil años se pueden estudiar los sedimentos de los lagos, o las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida, que permite ver la variabilidad del clima a nivel global. Para ir más a los climas locales se pueden analizar las capas terrestres en busca de lagos extintos, y evidencias de fauna y flora del pasado que pueden indicar qué tipo de clima se vivía en esa época, si húmedo, si seco, si desértico, etcétera.
Los cazadores recolectores históricos tienen y tuvieron una movilidad amplia. Sus territorios eran tan vastos como toda la Patagonia y parte de la provincia de Buenos Aires, si usamos a los tehuelches como ejemplo. Pero en este caso estamos hablando de humanos que ya contaban con estrategias de adaptación y tecnologías muy superiores a las que tenían nuestros primeros antepasados del valle del río Omo.
Los cambios climáticos puede ser que hayan dictado de donde era mejor irse, y adonde era posible moverse, pero fue la evolución cultural de nuestra especie la que nos permitió conquistar nuevos territorios.
Los primeros Homo sapiens tenían herramientas de piedra rudimentarias. Pero hace unos 130 mil años su tecnología era un poco superior, y les permitió aprovechar los cambios climáticos que se vivieron en Africa en ese período. Lo que hasta esa época había sido desierto, se volvió una tierra húmeda y más selvática como las que habían acogido a los humanos del valle del Omo en el este de Africa.
Los desiertos de los que hablamos eran los actuales Sahara y el de Arabia, que ampliaron y redujeron alternativamente sus arenas a lo largo de cientos de miles de años. Evidencias geológicas muestran que entre 130 mil y 100 mil años atrás hubo corredores húmedos que fueron ocupados por nuestros antepasados, lo que les permitió llegar a lo que hoy es Medio Oriente. Esa fue la primera salida de Africa que hizo nuestra especie.
El tema es que a la vez que se ve un aumento de las lluvias en el norte de Africa, se evidencian grandes sequías en el este del continente, allí donde vivió el sapiens más antiguo. Estos períodos de severa aridez se dieron entre 135 y 75 mil años atrás. Lo que hace pensar a varios especialistas que éste podría haber sido el motivo para que nuestros antepasados migrasen hacia climas más benignos.
No sólo para el norte migró el sapiens antiguo, sino también a otras regiones de Africa, y esto es importante porque fue en el sur de Africa, hace unos 70 mil años, donde surgieron cambios culturales y tecnológicos muy importantes. Cambios, como por ejemplo las armas de proyectiles o la ropa con costura, que posibilitaron la expansión demográfica, y también la conquista de ecosistemas que antes no podían aprovechar.
Se conoce como Still Bay y Howieson’s Poort a dos tipos tecnológicos que surgieron en el sur de Africa, que utilizaban herramientas de piedra y hueso muy refinadas, el uso de adornos personales, junto con cambios culturales que demuestran ya un pensamiento simbólico en nuestros antepasados. Esta es la que se suele llamar la primera evidencia de comportamiento plenamente moderno en nuestra especie.
Este comportamiento moderno se va viendo luego en otras regiones de Africa, e incluso en Europa con los neandertales, por lo que no es exclusivo de nuestra especie. Pero lo que sí fue exclusivo de los Homo sapiens fue cómo aprovecharon esas innovaciones para conquistar todo tipo de nichos ecológicos. Ya que es hace unos 60 mil años cuando empieza la migración que llevaría a nuestra especie a Europa, Asia, Oceanía y a América en tan sólo 30 mil años.
Medio Oriente estaba poblado por los neandertales cuando llegaron los Homo sapiens allí hace unos 120 mil años; fue la primera convivencia de nuestra especie con otra del mismo género humano. Se cree que ambas especies dejaron la zona luego de un período de aridez. Los neandertales no volverían más, pero los sapiens sí lo hicieron, con la expansión ya imparable de hace 60 mil años.
Se cree igualmente que de esa primera oleada infructuosa surgieron migraciones que llegaron hasta la India, el sudeste asiático y el sur de China. Estos Homo sapiens vieron reducida su población casi al mínimo, como vimos aquí en Futuro, durante la erupción del super volcán Toba, 73 mil años atrás.
Pero la segunda salida de Africa ya sería imparable. El Homo sapiens llevaba consigo el comportamiento moderno que ya caracterizaría a la especie hasta el día de hoy. El de valerse de la tecnología y la cultura para adaptarse a cualquier medio ambiente.
La nueva oleada salida de Africa colonizó Medio Oriente otra vez, y para el 40 mil antes del presente los sapiens ya avanzan sobre Europa, el territorio que fue de los neandertales durante la misma cantidad de tiempo que Africa fue de los Homo sapiens.
Cabe aclarar que justo antes de la llegada de nuestros antepasados, Europa se vio sacudida por cambios climáticos drásticos, ocurridos en muy cortos períodos, que hicieron que pasase de ser un gran bosque continental a tan sólo tener parches boscosos con una especie de sabana en medio de ellos.
Estos cambios se deben a lo que se conoce como Evento Heinrich 4 y la Ignimbrita campaniana. El primero es un evento cálido en el norte de Europa que desprendió grandes bloques de hielo del Círculo Polar Artico que enfriaron las aguas de las costas de Europa oeste, con cambios en el clima rápidos. Ignimbrica campaniana se le llama a una gran erupción que hubo en el sur de Italia que afectó la flora, fauna y clima de gran parte de Europa.
Con los resultados de estos dos eventos se encontró nuestro antepasado sapiens cuando entró a Europa, o posiblemente estos cambios hayan sido los que le permitieron entrar en un principio. Los neandertales estaban en retroceso y terminaron sus días en el refugio que fue la Península Ibérica. Los sapiens, por el contrario, avanzaron por toda Europa hasta colonizar cada sector.
El clima y los ecosistemas que había en esa Europa de hace 40 mil años no eran muy diferentes a los que venían viendo los sapiens en Africa y en Medio Oriente, por lo que no fue un gran cambio. Sí lo fue para los neandertales, que durante decenas de miles de años fueron adaptándose al clima de Europa, pero no pudieron superar los rápidos y repetidos cambios que se dieron en unas pocas decenas de años. Así fue que retrocedieron mientras el Homo sapiens avanzaba.
Nos habíamos quedado a la otra punta del mundo con otra oleada que pobló Asia desde el sur, que se completó con un avance que se dio desde Medio Oriente y desde Europa, terminando hace unos 50 mil años en Siberia, y hace unos 35 mil Corea y Japón. Cabe aclarar que como en Europa, allí en China y el sudeste asiático, los Homo sapiens no se encontraron con continentes vacíos, sino que había otras especies humanas, los descendientes de Homo erectus, a los que nuestro antepasado reemplazó, todavía no se sabe cómo, si con violencia o sin ella.
Quedaban libres de humanos los llamados Nuevos Mundos, que son Oceanía y América. Sobre el poblamiento de América ya escribimos aquí en Futuro en detalle, pero veamos un repaso.
Vimos que la migración humana que nos llevó a cada rincón del mundo muchas veces estuvo dictada o posibilitada por el medio ambiente, como sucede con otros animales migrantes. Más que una búsqueda espiritual de nuevos espacios que colonizar y conocer, la expansión se habrá dado, seguramente, de forma paralela a la de otros animales depredadores en busca de alimentos.
En el caso de América fueron muchos grandes cambios que se dieron para que el ser humano entrase allí. Fue durante la última glaciación, cuando las temperaturas globales bajaron mucho y los hielos se acumularon sobre los continentes, que se dio una reducción enorme del nivel del mar.
Así quedó al descubierto una vasta región conocida como Beringia, que hoy está bajo el mar en el Estrecho de Bering. Por allí entraron los que serían luego los americanos, se cree que tal vez siguiendo a sus presas en las migraciones anuales. No hay consenso total sobre la fecha, pero la más aceptada es unos 30 mil años antes del presente.
El caso de Oceanía es más complicado. Por los tiempos en que fue poblada, hace unos 50 mil años, Australia estaba unida a la isla de Nueva Guinea y a Tasmania, por la misma razón que Beringia estaba emergida en América. Pero igualmente esta masa continental estaba separada por al menos unos 87 kilómetros del sudeste asiático. O sea que los colonizadores tuvieron que haber navegado, y tal vez sin tierra a la vista en el horizonte.
¿Qué motivo pudieron tener los primeros colonizadores de Australia para navegar en pequeñas embarcaciones hacia tierras desconocidas? ¿Qué nos llevó a colonizar todo el mundo, todo tipo de climas y medio ambientes? Nunca lo sabremos, pero no cabe duda de que el ser humano es la especie que mejor se adapta a los diferentes ambientes, ya sea aprovechando su inteligencia y tecnología o evolutivamente. Tal vez nacimos para viajar.
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