Sáb 11.06.2011
futuro

SI EN TU BARRIO NO HAY UN NODO ES PORQUE VOS NO LO ARMASTE: WWW.BUENOSAIRESLIBRE.ORG

Liberados en la red

Todas las formas de comunicación admiten en sus comienzos un enorme número de potencialidades. Cuáles se concretan y cuáles se olvidan depende de los usos, pero también de la lógica de mercado que trata de extraer ganancia de todo lo que sea posible. Internet no es la excepción y frente a ese desafío se posicionan organizaciones como Buenos Aires Libre, que buscan alternativas frente a los intentos de control de la red de redes.

› Por Esteban Magnani

Uno de los casos más analizados sobre cómo la tecnología puede ser modificada para cumplir con determinadas necesidades del sistema es la radio. Desde sus inicios experimentales estaba clara la posibilidad de producir aparatos que cumplieran con la doble función de recibir y transmitir. Pero la necesidad de obtener ganancias de la nueva tecnología favoreció la separación de estas instancias. Por un lado, quedarían unos pocos con la capacidad de emitir y, por el otro, los millones de oyentes pasivos que sólo podían recibir aquello que se les enviaba. Este modelo, apenas desafiado por algunos radioaficionados, es el mismo que se implementó a otros medios como la televisión, el cine o la imprenta (que incluso durante siglos fue controlada explícitamente por el Estado para evitar la circulación de materiales subversivos, por así llamarlos). Es decir que la potencialidad tecnológica no garantiza que todos los usos se aprovechen realmente, sobre todo si no son rentables.

Dentro de ese modelo de medios de comunicación, Internet ofrece una alternativa en la que es posible la circulación de doble vía y en forma de redes entre múltiples emisores y receptores; ese es tal vez el rasgo que mejor explica el crecimiento agitado de usuarios en sus pocos años de vida. Pero como se ha dicho muchas veces, la batalla dista mucho de estar ganada. A los ejemplos profusamente difundidos recientemente del “apagón” de Internet en muchos países de Medio Oriente cuando sus gobernantes necesitaron, se suman muchos otros. Uno de los más groseros son las amenazas, a veces incluso concretadas como en Argentina en 2004 (aunque por poco tiempo), de que ciertas empresas prioricen contenidos de acuerdo a decisiones comerciales, lo que les quitaría velocidad a otros y, por lo tanto, se generarían diversos niveles de Internet. Pero también existe la posibilidad de que algunas empresas, como Facebook o Google, se transformen en el único camino de entrada a Internet y los nuevos usuarios no sepan moverse en ella sin las herramientas que la producen y pasen a ser usuarios pasivos o, al menos, limitados. Hoy por hoy, Internet es tan diversa que puede parecer improbable que algo así ocurra, pero al fin y al cabo existen fuertes intentos monopolizadores de muchas herramientas, como los sistemas operativos o los navegadores. Si bien, una vez más, los apocalipsis no llegan (la prole de Napster sigue circulando y nuevos sistemas operativos floreciendo), es cierto que el espíritu democratizador de Internet tal como lo conocemos siempre estuvo en peligro como cualquier cosa a la que se pueda controlar y extraerle algunos centavos.

Es en ese contexto que pensar en otra Internet puede resultar una previsión sensata (ver El sueño del satélite propio en Futuro del 9/4/11) para democratizar la tecnología y asegurar que el conocimiento esté disponible para seguir abriendo potencialidades.

LIBEREN BUENOS AIRES

“¿Por qué lo que yo le paso a mi vecino tiene que circular por servidores de otros países?”, se pregunta Osiris Gómez miembro de la horizontal buenosaireslibre.org (BAL), una red gestionada por sus propios usuarios y que forma parte de redeslibres.org. A las reuniones van todos los miembros que lo deseen y allí se discute, entre otras cosas, cómo ayudar a otros usuarios a levantar más nodos que permitan acceder a las otras computadoras de la red. “Por ahora tenemos algunos nodos interconectados directamente y en otros casos tenemos que pasar a través de Internet para llegar a ellos.” Cada usuario decide qué compartir: música, juegos en red, o espejos de, por ejemplo, wikipedia.

Quien quiera sumarse a BAL puede levantar una antena pequeña en la terraza para crear un nodo o configurar un router para que se conecte a uno ya existente. Luego seguramente habrá que mirar en el wiki de la organización para aprovechar los 10 años de conocimiento acumulado (y compartido). Hoy hay unos 25 nodos en funcionamiento y unas cuántas centenas más que no siempre tienen el mantenimiento necesario. “Nuestro crecimiento en estos 10 años ha sido muy irregular. A veces se suma gente con mucho entusiasmo que nos hace crecer de repente, pero luego se empieza a ha-

cer difícil sostenerlo en el tiempo y luego decaemos.” Proyectos similares, como guifi.net de Catalunia, han logrado sumar varios miles de usuarios en muy poco tiempo. ¿Por qué la diferencia? “Es que fuera de las grandes ciudades casi no llega Internet, por lo que las redes libres generan mucho más atractivo –explica Osiris–; en Buenos Aires el acceso a Internet es muy bueno, por lo que existe menos necesidad de sumarse a otras redes. Por eso es que nos estamos planteando que la experiencia que reunimos en Buenos Aires Libre sirva para levantar redes en ciudades y pueblos del interior en los que la conexión no llega o es muy mala. Yo soy de Corrientes y cuando voy para allá me doy cuenta de lo mala costumbrados que estamos a la velocidad en Buenos Aires. Simplemente conectando dos computadoras podés llegar a pasar la información de un CD en media hora a 3km de distancia. ¿Por qué subirla a un servidor de EE.UU.?” De hecho, en la red de Buenos Aires Libre, cada administrador de un nodo decide si comparte Internet a través de su antena o no lo hace. Tampoco es menor la cuestión de la seguridad: la cantidad de información que actualmente se sube a “la nube” es comparable a la confianza que se tiene en que la misma no falle o no cambien las reglas de juego. ¿Podemos estar tan seguros de que las cosas serán siempre como ahora?

REDES LIBRES PARA TODO EL MUNDO

En estos días se hará un nuevo encuentro, el tercero, de Redes Libres Latinoamericanas en Porto Alegre, en el marco del Foro Internacional de Software Libre (FISL) 12. Uno de los objetivos de este encuentro es elaborar un manifiesto que permita aunar ciertos criterios básicos como el libre tránsito de la información a través de estas redes o la forma de favorecer el intercambio directo entre pares. Una vez aprobado ese marco, la idea es que cada red elabore su propia experiencia favoreciendo la diversidad, experimentando y generando conocimiento social.

Cabe aclarar algo: para Buenos Aires Libre, Internet no es un enemigo, ni siquiera un competidor, y de hecho tienen la idea de sumarse a ella. Al fin y al cabo, Internet no es si no eso: una red de redes. Lo que sí ayudan a combatir buenosaireslibre.org y las redes libres en general es el modelo de consumidor pasivo de Internet y permite que cualquiera con conocimiento básico y ganas sea parte de la construcción de otras formas de concebir la comunicación. Como le dice Osiris a este cronista: “Si en tu barrio no hay un nodo, es porque vos no lo armaste”.

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