FIREFOX APP DAY
Esta semana se realiza en varias ciudades del mundo, entre ellas Buenos Aires, un encuentro convocado por la Fundación Mozilla para desarrollar aplicaciones con la universalidad de la web como base. El encuentro sirve para entender cómo la tecnología define modos de construir la sociedad, tanto aquellas en las que todos podemos movernos y crear u otras en las que sentirnos cómodos mientras nos quedemos quietos.
› Por Esteban Magnani
“
... cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca...”, “Instrucciones para dar cuerda al reloj”.
Julio Cortázar
“Cuando te comprás un celular, te comprás un pequeño infierno florido...” Esta es la versión del escrito de Julio Cortázar que probablemente usarían los desarrolladores convocados por la Fundación Mozilla para comenzar a producir aplicaciones basadas en la web este martes 22.
Es que como ocurre con tantas publicidades que te prometen libertad, las empresas de celulares ofrecen una suerte de jaula de oro en la que el usuario/cliente se sienta lo más cómodo posible y no note que, en realidad, están limitando sus posibilidades. El usuario de los iPhone deberá comprar solo las aplicaciones del Apple Store, el de Android (a menos que se dé un poco de maña) usará solo lo que ofrezca el Google Play y así sucesivamente con los celulares de otras empresas. El argumento –que además resulta razonable– es que de esa manera la empresa puede garantizar seguridad a sus usuarios menos experimentados, aunque la cuestión de fondo, como suele ocurrir, sea económica. Lo que todos buscan es habituar a los clientes a una serie de programas lo más amigables posible para que éste no se aleje, siga usando los mismos sistemas, compre el mismo hardware y, eventualmente, hasta ponga algunos pesos por algún programa o servicio particular.
El modelo tiene sus problemas, como bien podrían atestiguar proveedores de Internet que buscaron capturar a sus clientes (recordemos a AOL o a quienes hace años cobraron por casillas de correo electrónico). De hecho, ¿cuántas personas siguen usando los correos electrónicos que sus empresas proveedoras de Internet, gentilmente, les ofrece gratis?
En los tiempos que corren, el mundo digital ha penetrado en todas las esferas y la telefonía, obviamente, no es la excepción. Ahora bien: ¿por qué si cualquier computadora, con cualquier sistema operativo, puede mostrar sin problemas la misma página web, cuando usamos el teléfono los sitios requieren aplicaciones específicas? O por decirlo más concretamente: ¿por qué tiene que haber una aplicación de mapas o fotografías específica para Android, otra para Windows Phone y otra para el iOS de Apple? Esta “diversidad” es más una necesidad del modelo de negocios que tecnológica.
Es por eso que los desarrolladores de la Fundación Mozilla, la que hace el conocido navegador Firefox, quiere desviar la carrera de las empresas de celulares hacia el camino de la apertura. Cuentan los técnicos de la Fundación que un día notaron que toda la innovación reciente estaba focalizada en la tecnología de moda, los celulares inteligentes, en tanto que la web se estancaba. Pero ¿había alguna necesidad de que todas las nuevas aplicaciones, con una mayoría que interactúa con Internet, se hicieran para sistemas específicos? La respuesta la buscaron intentando hacer lo mismo que hacían los celulares, pero solo con lenguajes que usa la web como HTML5 y CSS. Poco a poco pudieron comprobar lo que sospechaban: no hay ninguna razón técnica para no seguir trabajando con estándares abiertos que permiten el acceso a todos los sistemas y soportes. El código escrito en esos lenguajes de programación corre en cualquier celular, pero también en computadoras, tablet, smart TV o cualquier dispositivo que utilice la web.
Así se gestó la idea de ir aún más allá y hace unos meses anunciaron que lanzarían su propio sistema operativo, Firefox OS, cuya versión beta ya está para descargar. A priori, parecería que simplemente se trata de la llegada de un competidor más a un mercado que no para de crecer. Pero Firefox OS tiene una diferencia: lo que propone este sistema operativo es volver a la web como base de todo. O sea, dejar de separar sistemas operativos y soportes, para devolverlos a la universalidad de la web. Así un programa diseñado de esta manera podría correr en cualquier teléfono sin problemas y sin limitaciones. Los desarrolladores ya no tendrían que hacer versiones de sus aplicaciones para cada sistema operativo y negociar, a su vez, con cada empresa para que las ofrezcan.
Además, Mozilla, como es una fundación sin fines de lucro que busca abrir el acceso al mundo digital y el software libre, no tiene pensado sentarse sobre los usuarios de su sistema operativo, sino que éste también será libre, por lo que cualquier usuario con conocimiento suficiente puede intervenirlo directamente sin problema y elaborar su variante. De hecho, la distribución de Linux Ubuntu ya ha lanzado su propio sistema operativo para celulares con un concepto similar.
Así es que la Fundación Mozilla ha convocado para el 22 de enero a los desarrolladores que quieran construir sus aplicaciones aprovechando los estándares web del HTML5/CSS para dar vida a sistemas operativos basados en la web como el Firefox OS cuando se lance oficialmente. Cualquiera puede contribuir sin necesidad de quedar atrapado en una trama comercial que lo limite y los usuarios podrán decidir qué quieren usar en sus celulares sin limitaciones.
Lo que en un principio parece ser solo una decisión técnica, en realidad muestra el cruce entre el poder y la tecnología; es la prueba de que decisiones técnicas tienen en realidad un impacto en el tipo de sociedad que buscamos construir.
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