TECNOLOGIA: LA FIRMA COMO METODO DE IDENTIFICACIóN
Un autógrafo maestro
Especial de El País
En las películas, la biometría da un lustre de alta tecnología a tareas simples, como la identificación de personas. Los láseres examinan los iris de los ojos y sensores ocultos leen las huellas digitales para abrir puertas de acceso a lugares bien guardados. Sin embargo, en la realidad, un posible sistema para identificar a los titulares de tarjetas de crédito se basa en un elemento biométrico muy antiguo e incluso pasado de moda, la firma. “La firma es biométrica”, afirma Thomas G. Zimmerman, científico de la computación en el Centro de Investigación de Almaden, de la empresa IBM. “El movimiento de la mano sobre el papel es único para cada persona”. Así, pues, el reconocimiento biométrico de la escritura podría en el futuro liberar a los compradores de llevar tarjetas de crédito o débito. O, por lo menos, podría convertir en inútiles las tarjetas robadas y reducir el nivel de fraude.
Mientras que imitar una firma es relativamente fácil, para un sistema biométrico la apariencia de la firma no tiene importancia. Es el acto de firmar lo que cuenta. La investigación, explica Zimmerman, ha demostrado que la firma se plasma de forma casi inconsciente. “Cuando usted firma, mueve la mano dos veces más de prisa de lo que puede controlarla”, dice este experto. “Para un falsificador, firmar representa un movimiento muy controlado. No puede reproducir la cadencia del movimiento de la mano del propietario de la firma.”
Una empresa israelí que trabaja también sobre la identificación por la escritura partió de la misma observación, la firma semiautomática. La idea es ya antigua y de hecho IBM vende un sistema para autentificar firmas en caso de transferencia de grandes sumas de dinero a través de los bancos. Es un sistema caro que necesita una pluma especial y que implica la transferencia de una gran cantidad de datos, lo que lo hace poco práctico para su aplicación en puntos de venta. La llegada de la firma electrónica ha renovado el interés por estos sistemas, ya que permitirían verificar las firmas al mismo tiempo que se registran para las ventas, sin que sea necesario un aparato adicional de identificación. En los sistemas ahora en desarrollo el usuario debe educar al programa lógico firmando tres veces, y quedarán registrados parámetros de la velocidad y cambio de dirección de la lapicera. También se pueden tener en cuenta la presión con la que se firma y otros factores. Esta tecnología podría utilizarse especialmente para las compras a través de Internet.
La principal preocupación es la fiabilidad de los sistemas. La firma varía a lo largo de la vida y también varía según la postura en que se hace, pero los programadores creen que se pueden incorporar las variaciones como un factor más de identificación. Sin embargo, habrá casos, advierte Zimmerman, en que no habrá más remedio que rechazar la firma aunque no sea falsa. El más claro es el del cliente que esté muy, pero muy, borracho.