BIOMIMéTICA: UNA NUEVA DISCIPLINA
Por Federico Kukso
A simple vista, la Torre
Eiffel y el velcro no tienen mucho en común. Pero si se les presta un
poco más de atención y se los ve con un ojo ingenieril, se descubrirá
que comparten un oculto origen común: ambas invenciones humanas tuvieron
como inspiración directa a la naturaleza. Y fue así: el ingeniero
Gustave Eiffel se basó, para la construcción de la colosal torre
metálica parisina (que, dicho sea de paso, se preveía demoler
–o desmontar– cuando terminara la Exposición Universal de 1889),
en los trabajos de Hermann von Meyer, un profesor de anatomía de Zurich,
y del matemático Karl Cullman, sobre la distribución de las fibras
del hueso de la pierna humana –el fémur–, y cómo se
articula este hueso con la cadera, soportando gran parte del peso corporal.
El origen del velcro no es menos curioso. En el verano de 1948, un ingeniero
suizo llamado George de Maestral salió a dar una vuelta con su perro
por las montañas. Al volver, notó con sorpresa que tanto él
como su fiel compañero traían adheridos a sus cuerpos semillas
de cardos que se mantenían fuertemente engrapadas. Luego analizó
bajo el microscopio aquellas espinas flexibles que tienen la peculiar característica
de engancharse entre sí (y a cualquier tejido). Entonces, sin mucho esfuerzo
de su parte, se le prendió la lamparita. Tras meses de experimentación,
patentó su invento que consistía en dos tiras de nylon (que al
juntarse se adhieren perfectamente), con el nombre de Velcro (contracción
de las palabras velvet, terciopelo, y crochet, gancho). Desde entonces, al pegadizo
sistema de cierre se lo puede encontrar desde en los pañales de un bebé
hasta en los trajes de los astronautas.
Excelencia educativa
A lo largo de la historia, el ser humano ha recurrido (con distintos resultados)
a la Naturaleza como fuente de inspiración y para aprender, humildemente,
algo de ella. La razón es obvia: en millones de años de evolución
y de lucha por la supervivencia, tanto plantas como animales han desarrollado
eficientes soluciones a la más diversas clases de problemas. Algo sabrán.
No es un mal lugar para inspirarse: la naturaleza se maneja también,
como el ser humano, con criterios de funcionalidad, optimización y economía
(más por menos).
Tornillos, hélices, tenazas, jeringas, navajas y cierres son apenas algunas
de las creaciones que surgieron de esa escuela. Aunque claro, estas invenciones
no son obras de la más pura originalidad; al fin y al cabo, la naturaleza
las inventó primero. Los experimentos de este tipo han sido tantos (y
tan variados) que hoy se puede hablar incluso de la existencia de una ciencia
que se encarga de estudiar de manera sistemática tales intercambios.
Así nació la biomimética (del griego bios, vida, y mimesis,
imitación). Esta nueva disciplina, que reúne a biólogos,
arquitectos e ingenieros, recién se institucionalizó en 1991 cuando
la sección de Investigación Científica de la Fuerza Aérea
de Estados Unidos inauguró un departamento destinado exclusivamente a
buscar en la naturaleza formas, materiales y diseños capaces de ser trasladados
al campo militar (por ejemplo, para la construcción de nuevos aviones,
chalecos antibalas y submarinos). Claro está que este departamento no
está destinado a ver mucha paz en la naturaleza sino más bien
formas de perpetuar la guerra y el dominio estadounidense.
Aun así, la nueva ciencia (emparentada con la biónica, disciplina
que acerca la biología a la electrónica) encontró en ciertos
centros académicos varios adeptos con fines menos belicosos. Uno de los
institutos más importantes en el tema es el Centro de Biomimética
de la Universidad de Reading (Gran Bretaña). Allí, las investigaciones
van desde el estudio de los huesos (humanos, por su dureza, y de aves, por su
ligereza), madera (su eficiencia energética) y caparazones de tortugas
(por su resistencia).
Pez al agua
Otros investigadores, en cambio, han puesto su mirada en el mundo acuático.
Más concretamente en los peces. Ingenieros del Instituto Tecnológico
de Massachusetts (o MIT) en Boston, Estados Unidos, se tomaron la tarea de observar
con cuidado al atún, más concretamente la forma de su cuerpo que
le permite desplazarse a altas velocidades y alterar su dirección con
asombrosa facilidad. El resultado fue su émulo artificial: el “robotuna”.
Con esta nueva especie de monstruo de Frankenstein acuático, los científicos
estudian en sus laboratorios cuáles son las mejores formas que un cuerpo
puede adoptar para desplazarse en el agua a grandes velocidades. Los resultados
estarían destinados a ser aplicados en los cascos de barcos o en submarinos.
Algunos de estos experimentos ya se pueden ver en las mejores piletas del mundo
(y del país). Como se sabe, una de las cuestiones clave en natación,
además del estilo, es nadar lo más rápido posible. Si de
eso se trata, ¿por qué no aprender de los peces? La empresa de
indumentaria deportiva Speedo hizo precisamente eso. En septiembre de 1999 sacó
al mercado un traje de baño especial para nadadores profesionales llamado
Fastskin, basado en las propiedades hidrodinámicas de la piel del tiburón.
La malla, que puede cubrir total o parcialmente el cuerpo del nadador, reproduce
las escamas en forma de V (llamadas dentículos) de los tiburones, que
disminuyen la turbulencia y el arrastre del agua alrededor del cuerpo. Los investigadores
aseguran que el Fastskin puede mejorar el rendimiento en hasta un 3 por ciento,
número que para la natación de alta competencia es mucho.
Nuevas ideas
Ahora bien, hay un largo trecho entre imitación e inspiración.
Así lo advierte Steven Vogel, profesor de Biomecánica en la Universidad
de Duke (Estados Unidos), quien tras años de estudio llegó a la
conclusión de que en vez de copiar a la naturaleza lo mejor es observarla,
buscar analogías y abstraer conceptos e ideas. En verdad, tiene mucha
razón: a veces la copia punto a punto puede conducir a fracasos descomunales.
No sea, por ejemplo, que uno al intentar volar imitando la estructura de las
alas de los pájaros (como quería hacer Leonardo Da Vinci) termine
estrellándose contra el piso.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux