ASTRONOMIA: HISTORICA VISITA DE UN ASTEROIDE
¡Por Tutatis!
Por Mariano Ribas
La tambaleante mole espacial se está acercando. Y los astrónomos la esperan impacientes: el miércoles 29, el asteroide Tutatis, de casi 5 kilómetros de diámetro, pasará por encima de nuestras cabezas, a una distancia cuatro veces mayor de la que nos separa de la Luna. Lo suficientemente cerca como para protagonizar su mejor encuentro con la Tierra en más de un milenio. Pero lo suficientemente lejos como para no preocuparse en lo más mínimo. Aun así, desde hace varias semanas, un creciente rumor de impacto, tan absurdo como divertido, viene circulando por Internet. Lo cierto es que la visita de Tutatis será doblemente especial, porque, tal como le contó a Futuro uno de los astrónomos que mejor lo conoce, Steve Ostro, experto de la NASA, no sólo permitirá estudiar algunos rasgos de su exótica personalidad sino que también estará al alcance de pequeños telescopios. Para la astronomía, profesional y amateur, acaba de comenzar la esperada “semana de Tutatis”.
UN HALLAZGO CASUAL
Tutatis es uno de los objetos más curiosos del Sistema Solar. Incluso, hasta por la forma en que se dio a conocer, porque fue descubierto sin querer. El 5 de enero de 1989, los astrónomos franceses Odile Calame y Derral Mulholland estaban revisando placas fotográficas, tomadas durante la noche anterior, destinadas al seguimiento de algunas lunas de Júpiter. Y allí se encontraron con una rayita, la traza de un objeto, hasta entonces desconocido, que se movía velozmente respecto del fondo de estrellas. Su posterior seguimiento confirmó que se trataba de un asteroide. Y no cualquier asteroide, sino un integrante de la familia de los “Apolo”, un grupo de rocas espaciales cuyas órbitas cruzan a la de la Tierra. El recién llegado fue oficialmente catalogado con el número 4179 en la lista de cuerpos menores del Sistema Solar. Y teniendo en cuenta que fue hallado por dos franceses, no resulta raro que lo hayan bautizado Tutatis, el dios galo de la guerra y los pueblos. El mismo que, a grito pelado, invocan Asterix, Obélix y sus valientes compañeros de aldea, en la clásica historieta de Uderzo y Goscini.
TROMPO LOCO
El asteroide de Asterix y compañía tarda casi 4 años en dar una vuelta al Sol. Y sigue una trayectoria orbital bastante excéntrica: en su punto más cercano, se ubica apenas por adentro de la órbita terrestre, pero luego se aleja hasta el famoso “Cinturón de Asteroides”, más allá de Marte. Hasta fines de 1992, no era mucho más lo que se sabía de Tutatis. Pero fue entonces cuando, aprovechando su siguiente acercamiento con la Tierra, el astrónomo Steve Ostro del JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro) de la NASA le echó una mirada con el radiotelescopio de Arecibo, Puerto Rico, el más grande del mundo (300 metros de diámetro). Mediante pulsos de radar de ida y vuelta, Ostro logró un inédito y detallado perfil del asteroide: sus imágenes de radio (ver foto) revelaron que Tutatis tiene la forma de una papa alargada y cabezona, que mide 4,6, por 2,4, por 1,9 kilómetros. Es uno de los pocos asteroides al que se le conoce tan bien su tamaño, sus medidas y su órbita. Pero el dato más curioso surgido de aquellas observaciones de Ostro fue su extravagante movimiento: Tutatis tiene una rotación doble, como si fuera un trompo loco que vaga por el espacio interplanetario. “Gira sobre sí mismo en dos ciclos alternados, uno de 5,4 días, y otro de 7,3 días”, explicó Ostro a Futuro. Y por culpa de la combinación de ambos ciclos, en Tutatis no hay dos días, ni dos nochesiguales: “si estuviésemos parados en su superficie, mirando al cielo, nunca veríamos a las estrellas seguir el mismo camino, como ocurre aquí”, agrega el astrónomo de la NASA. Ahora, en ese mismo cielo, la Tierra comienza a verse cada vez más grande.
¡ASTEROIDE A LA VISTA!
Tutatis se está acercando. Y el miércoles 29, a las 9.45 hora argentina, pasará a 1,55 millón de kilómetros de nuestro planeta (unas 4 veces la distancia a la Luna). Parece mucho, pero es el máximo acercamiento previsto de un asteroide de semejante porte en todo el siglo XXI. Más aún: simulaciones orbitales por computadora indican que Tutatis no pasa tan cerca desde 1353. Y que no volverá a hacerlo 2562. O sea, es la mejor chance para observarlo en 12 siglos. Ante semejante rareza, no resulta del todo raro que últimamente se hayan disparado toda clase de rumores. Especialmente, vía Internet. Una cadena de e-mails habla de que “hay un 63 por ciento de chances de impacto” y que, por supuesto, “los científicos quieren ocultar todo”. Una clásica teoría conspirativa, de esas tan torpes (como la del supuesto fraude de los viajes a la Luna), que se caen a poco de pararse.
Yendo a cosas más serias, Ostro y los suyos aprovecharán la oportunidad de sus vidas para afinar al máximo la órbita de Tutatis, obtener un exquisito modelo tridimensional del asteroide (mediante imágenes de radar), y buscar nuevas pistas que ayuden a explicar su misterio. “No estamos seguros, pero su forma y su vacilante rotación podrían ser el resultado del antiguo impacto y fusión de dos o tres objetos, que ahora forman un objeto con dos lóbulos”, dice el científico. Pero la fiesta también será para los astrónomos amateurs: en estas noches, Tutatis será fácilmente visible con telescopios pequeños y medianos. Y cualquier observador experimentado disfrutará del hipnótico desfile del asteroide –que se verá como un pálido puntito de luz– entre las estrellas de las constelaciones de Microscopio, Sagitario, Telescopio, y Triángulo Austral, entre otras (dicho sea de paso, la mejor parte del show sólo será visible desde el Hemisferio Sur).
Lejos de todo fantasma alarmista, la astronomía planetaria (en este caso, “asteroidal”) se prepara para vivir una semana inolvidable. Y en medio del entusiasmo que provocan esas cosas que sólo se viven una vez en la vida, más de uno volverá a invocar al temible dios galo: ¡Por Tutatis!