Inteligencia natural y sintética
Una aproximación transdisciplinaria
Sergio A. Moriello
Ed. Nueva Librería, 288 págs.

Pensar, soñar, desear, la inteligencia artificial tiene sus riesgos. No es que conduzca inexorablemente a la concreción de fantasías literarias disruptivas –como cuando en 1955 Philip K. Dick imaginó su “Autofac”: una fábrica totalmente automatizada, que no necesitaba control alguno, y producía cualquier producto para el cual se la programara–, sino que orienta una plausible erupción de conflictos filosóficos que indudablemente conducirán, una vez el caso, a una crisis de identidad de la especie humana: al fin y al cabo, de volverse un hecho aquel ansiado deseo humano de reproducir aquello que lo diferencia cualitativamente de los demás seres de la Tierra, esto es, la inteligencia, la especie sentiría la estocada narcisista de ya no ser la especie única, la especie privilegiada; ni el centro del universo, ni el actor principal en la obra teatral de alguna deidad; ni la detentora de esa quintaescencia que la propulsó desde el fondo del océano a la bóveda del espacio.

Miedos recurrentes como el del reemplazo (temor que inunda toda la literatura neogolémica: el sueño de un robot que pudiera reemplazar con eficacia no sólo al obrero de carne y hueso, sino al hombre mismo) no son excusas para esquivar la cuestión de fondo, el sinuoso escenario que dejó de ser futuro para encumbrarse como escenario presente: el de la inteligencia artificial o sintética. Así encara el tema el ingeniero electrónico Sergio A. Moriello en su detallado (y detallista) libro Inteligencia natural y sintética: una aproximación transdisciplinaria.

Más compendio del estado de la cuestión que reflexión y digresión sobre el asunto, el texto se destaca por su taxonómica definición de los conceptos en juego que aporta una aclaración necesaria y urgente: desde qué se entiende por inteligencia, sus diversos modelos y limitaciones, el dilema cerebro-mente, las seudointeligencias sintéticas, las redes neuronales, los sistemas expertos, la computación flexible, la vida artificial, a la variedad de agentes inteligentes, robots y robots-humanoides... En fin, un interesante punto de partida para saber dónde estamos parados y cuáles serán, de aquí en más, los senderos que se abran.