HISTORIA DEL MUNDO Y SALVACION
Los presupuestos teológicos de la filosofía de la historia
Karl Löwith
Katz editores, 288 págs.

Al alemán Kart Löwith (1897-1973) se lo puede recordar por tres instancias que estructuraron su vida: su apego casi fanático a Heidegger (que luego mutó en acérrima enemistad), su coqueteo con la filosofía zen en sus años de exilio en Japón y su aporte fundamental en la descripción de las bases teóricas de la Historia –así, en mayúscula–, entendida como la concatenación de episodios, eventos, fechas, hombres y mujeres, deseos, pasiones, bajezas, sueños y necesidades. Es verdad que también sació su curiosidad intelectual deconstruyendo a figuras de la talla de Hegel y Nietzsche, pero sin dudas su obra magna fue (o más bien, es) Meaning in History que asaltó las librerías estadounidenses y que desde entonces es citado repetidamente como una guía práctica para entender los puentes íntimos que unen hace siglos teología e historia.

Medio siglo después, finalmente debuta una edición en español en el que se mantienen intactos los argumentos de Löwith en torno de la filosofía de la historia y su decidido carácter acientífico (“toda filosofía de la historia es totalmente dependiente de la teología, esto es, de la interpretación teológica de la historia en tanto historia de salvación –dice el autor–. Así, la filosofía de la historia no puede ser “ciencia”. Pues, ¿cómo podría justificarse científicamente la fe en la salvación?).

De la idea griega de “lo inmutable” (una concepción circular plasmada en el pensamiento de Heródoto, según la cual todo se mueve en un eterno retorno de lo mismo) a la fe en el progreso que reemplazó la fe en la providencia, Löwith salta de autor en autor (Buckhardt, Marx, Hegel, Proudhon, Comte, Condorcet y Turgot, Voltaire, Vico, Bousset, Joaquín de Fiore, San Agustín, Orosio y Nietzsche) para preguntarse por el sentido último de la historia y la búsqueda de una meta y dirección rectora.

De tanto revoltijo teórico, resulta un libro sorprendentemente esclarecedor en el que se traza una especie de hoja de ruta sobre la intangenciabilidad (y variabilidad) de ideas tan hegemónicas como “pasado”, “presente” y “futuro”, a partir de las cuales una determinada sociedad estructura sus ansias, preocupaciones y esperanzas.